🎪Chapitre XII🎪

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Salgo del consultorio al mismo tiempo que alguien hace lo mismo que con el del frente. Morgan aparece frente a mí con el cabello desordenado al igual que su uniforme. Con los labios ligeramente rojos y entreabiertos. Y una sonrisa de satisfacción en su boca. Dicha imagen provoca que mi ceño se frunza y su sonrisa de satisfacción se convierte en una llena de coquetería al verme.

—¿Y esa cara larga?—indaga con un tono lobuno.

—Nací con ella—mascullo tratando de evitarlo y continuar con mi camino.

Él comienza a seguirme y acelero mi paso para escapar de él.

—¿Podrías dejar de seguirme?—ordeno con los puños apretados a mis costados.

Odiaba tenerlo cerca. Odiaba a Morgan. Odiaba que con el simple hecho de tenerlo a unos metros de mí no pueda olvidar ese maldito beso en el bosque. Pensé que eran las pastillas, pero ahora me doy cuenta de que es algo mucho peor. Y debo controlarme.

—Es divertido molestarte—musita llegando a mis laterales y sonriendo aún más ampliamente—¿A dónde vamos?

—¿Vamos?—repito con incredulidad, deteniéndome abruptamente—yo iré a ver a Klaus y tú a ver con qué otra de las enfermeras te metes.

Vuelvo a avanzar.

—Solo admítelo. Estás celosa.

Su oración provoca que me detenga de nuevo.

—Jamás te celaría.

—Ambos sabemos que estás ahí, quejándote de lo que hago con cualquiera de aquí, cuando muy en el fondo deseas ser ellas—murmura acercándose peligrosamente hacia mí.

Agradecía el no tener a nadie cerca, pero aún así habían cámaras de seguridad.

—Apártate—pido en voz baja al sentir su imponente presencia muy cerca.

—¿Cuánto más tengo que estar así?—musita sin dejar de verme fijamente con sus filosos ojos verdes.

Su mirada se convirtió como una daga que penetraba cada sentimiento dentro de mi cuerpo y lo tomo del hombro acariciando esa zona con lentitud antes de apartarlo.

—Vete con los demás, Morgan—solté con la respiración entre cortada.

—¿Señorita O'Day?

Alguien llama a lo lejos e inmediatamente me alejo de Morgan. Él me detalla con las cejas levemente alzadas y le presta atención a la persona que me acaba de llamar. Era un guardia.

—El señor Roger desea verla—avisa con una pequeña reverencia.

—¿Roger?—repite Morgan con el ceño aún más fruncido.

—Dile que iré pronto. Gracias—contesto forzando una sonrisa al tener la presencia de Morgan entre nosotros.

El guardia se despide de la misma manera con la que entró, y Morgan y yo volvemos a quedar a solas.

Él se viene hacia mí jugando con sus dedos de manera siniestra mientras procesa lo que acababa de ocurrir. Se detiene a mi lado y evito mirarlo cuando decide hablar nuevamente.

—¿Te ves con Roger?—interroga con una expresión un tanto fría.

No puedo dar explicaciones. Tengo que escapar.

—¿Y a ti que te incumbe?—espeto marchándome casi corriendo del pasillo y dejándolo con las palabras en la boca.

Llego a la oficina de Roger y tomo una gran respiración profunda preparándome para entrar. Poso mis manos sobre la fría madera y mis nudillos tocan provocando que se me permitiera pasar.

The Secrets Of The Circus  [Bilogía Circus #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora