" Rhongomyniad"

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Su cuerpo le dolía, su visión era borrosa debido a la perdida de sangre, un sentimiento de que su muerte se aproximaba realmente lo consumía.

Aún Haci aún que con la cabeza gacha debido a que se concentro para liberar, la forma de la lanza.

Sabía muy bien que sin importar nada, el no era más que un pecador, que aún cuando está arma sagrada en sus manos fuera la verdadera o una copia.

El no era digno de llevarla incluso si tuviera al menos una vena del portador original.

Esto no significaría que pudiera usarla.

Pero conocía su poder, incluso si ese poder no le perteneciera el lo usaría sin importar el costo.

¿Por qué llegar a tanto?

En ese momento ya no le importaba el porque?

La batalla llegó a esto e incluso si ganaba no sabia si este mundo lo aceptaría.

Su viaje inicio con un deseo y eso es algo que no cambio.

Protegería a la chica de cabello morado, la chica a la cuál le robó los labios, la chica que a pesar de todo lo ayudo.

La que a pesar de todo lo apoyo en este nuevo mundo, y más que nada la que se enojo con el por desperdiciar sus recuerdos.

Si, había una razón más para luchar? Incluso si la hay no importaba el ganaría incluso quemando su alma.

Cambiaría la historia de este mundo y reescribiria el contrato.

Por eso cuando sostuvo la lanza blanca pura sonrió ligeramente. No era digno y aún Haci lucharia por el mundo.

O más bien por alguien.

Concentrando toda su atención en eso, ignoro la transformación del Dios en el cielo y miro por un momento a su alrededor.

Una chica de cabello morado estaba hay sus 2 coletas y sus ojos amatista eran todo lo que necesitaba para saber quién era, lanzando lo único que podía mando un poco de su mana hacia la chica en un intento de protegerla.

Volteando hacia el cielo, un dios en pleno explendor se veía ante el.

Mirándolo sin emoción, como si dijera que el acto final de está lucha frenética y sin sentido llegaría a su fin.

Cierta mente era el fin de la batalla.

Cerro los ojos, inalo y exalo, preparándose en posición como si fuera a embestir con la lanza, coloco su pie derecho hacia atrás, posicióno su pierna izquierda al frente, bajo un poco la cintura y coloco la lanza en posición apuntando al cielo.

Mientras concentraba toda su energía

Pronto unas luces doradas lo rodeaban, eran 13 luces en forma de almas.

Sin duda eran los caballeros de la mesa redonda.

Aún que parecía que lo jugarían sus voces parecían más bien permitirle usar la lanza

Pronto escucho una voz.
Diciendo:

(Bedivere)El enemigo debe ser más poderoso que uno mismo.

(Palamedes)La batalla debe ser uno contra uno.

(Lancelote)El enemigo no debe ser un elemental.

(Mordred)La batalla debe ser contra el mal.

(Galahad)La batalla no debe implicar beneficio personal.

(Gaheris)La batalla no debe ser contra la Humanidad

(gareth)La batalla no debe ser inhumana.

(Agravain)La batalla debe ser por la verdad.

(kay)La batalla debe ser por vivir.

(Arturo Pendragón)batalla debe ser para salvar el mundo.

(Artoria Pendragón)La batalla debe ser para defender el orden humano

(Desconocido)Los compañeros de armas deben ser valientes

(Desconocido)La batalla no debe ser contra alguien puro de corazón

(Desconocido) La batalla debe ser honorable

Al escuchar esto pronto sintió que su batalla frenética por cambiar el destino de este mundo, sería juzgada aún Haci no sintió que fuera malo.

Con una paz casi inhumana escucho el veredicto.

Pronto la voz digna de un ser dijo.

"Validación de los sellos lista"

Total de sellos liberados

"5"

Suspirando agradeció la aprobación, más sin embargo una voz al parecer una mujer le decía "A un con la aprobación tu linaje no pertenece al portador, prepárate para recibir la pena"

Sin saber cuál sería esa pena decidió usar su poder. Con esto en juego apostó por darlo todo.

Mientras que el Dios miraba la lanza con una ligera aprecion, un meteoro de un tamaño que hacía parecer ala cámara de jade como una simple piedra.

Fue arrojado con eso terminaría esta batalla o al menos eso debería ser.

Pero la realidad superó todas las expectativas de este mundo.

El grito apenas audible para el dios, incluso si el no sabía lo que significaba, lo lleno de un sentimiento se urgencia.

Pero ya era demasiado tarde para cambiar la decisión, el ataque fue lanzado y el resultado bueno o malo.

Sería todo lo que habría.

En ese lugar un grito a todo pulmón decía:

" Rhongomyniad"

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