Capítulo 1.

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Los golpes en la puerta le despertaron alrededor de las 8 de la mañana. El pequeño se sacudió en la cama llena de sudor y de agonía, la noche pasada se desdibujaba en pedazos irreconocibles para él. El cuerpo lo seguía sintiendo pesado, las manos frías, el corazón paralizado.

Abrir los ojos no era más que el recordatorio de la pesadilla que comenzaría a vivir de ahora en adelante. Sin embargo, había tomado una decisión. Billy nunca se enteraría de que era su alfa.

Se negaba a escuchar o ver la expresión de su hermano mayor cuando descubriera la espantosa verdad que se ocultaba bajo un centímetro de tela en su espalda. Se negaba a que se burlará de él, se negaba a dejar que lo encontrará y le reclamará. Tendría que ocultar la verdad con mucha habilidad, tomando cantidades grandes de supresores y manteniéndose lo más lejos posible de su hermano. De su alfa.

Si no reconocía su olor, si no se acercaba demasiado, no sentiría nada. Los alfas eran estúpidos y se dejaban guiar completamente por sus sentidos, confiaban demasiado en su olfato, y se permitían llevarse por las primeras impresiones.

Billy no pondría atención en su hermano pequeño de ninguna manera, jamás lo había hecho y no tendría por qué hacerlo ahora.

Se levantó como pudo cuando escuchó la estridente voz de su madre al otro lado de su puerta.

"Jack, ¿Estás bien?, hijo?"

"Todo perfecto, mamá" dijo tratando de ocultar el nerviosismo en su voz mientras se levantaba para buscar supresores en la cómoda de su baño. Recordaba haber comprado, compraría más, y se mantendría a sí mismo prácticamente drogado hasta que encontrara una solución más definitiva a su problema.

"Tengo que ir a la casa de Paul, dice que no sabe porqué su hija no deja de llorar y está desesperado, ¿Necesitas algo antes de que me vaya?" dijo su madre, cesando el toque en la puerta.

"No mamá, no te preocupes, dile a Paul que lo visitaré está semana"

"Hay comida en la alacena, te veo en la noche, te quiero" el corazón de Jack se encogió ante esa mención.

¿Qué pensaría su madre de lo que le estaba sucediendo? Seguro diría que era una aberración.

Porque lo era.

Era imposible, tenía que ser un error, Billy era su hermano, lo había sido toda la vida y no tenía ninguna duda de ello. Si él se enterará, si tan solo se enterará, probablemente renegaría de él y se avergonzaría.

Jack se observó un segundo largo en el espejo, se llevó 3 pastillas de supresores directo a la boca y se las tragó con un poco de agua.

Debía quedarse un momento más, en donde aprovechó para bañarse y ponerse ropa limpia. Su corazón no dejaba de latir incluso aunque su cuerpo empezará a calmarse, y en teoría, a suprimirse. Su olor dejaría de ser notorio, sus emociones más tranquilas, sus feromonas se frenarían. Su cuerpo dejaría de pedir la presencia de su alfa a su lado.

Estaba enfermo. Pensar en Billy y él, de aquella manera, era impensable.

Cuando se sintió más calmado y sin dolores, salió de su habitación. Agradecía profundamente que su madre hubiese salido, ella le haría preguntas y con lo nervioso que se encontraba seguramente se habría delatado y eso sería lo peor que podía pasarle.

Se supone que ese día, Billy debería estar en la universidad, ni siquiera sabía exactamente qué era lo que estudiaba, o si era cierto que estudiaba.

Su padre ya no estaba.

Jack abrió la alacena y calentó la comida que su madre había dejado para él, sin embargo, le pareció curioso que hubiese tanta cantidad si a fin de cuentas solo comería él. Estaba entretenido con el sonido del microondas y no lo escuchó llegar, no lo sintió sentarse, no escucho el bostezo. Solo escucho su voz.

Big Brother ⌠Omegaverse⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora