Jack estaba paralizado del miedo.
Sentía la mano, sentía la mejilla. Todo dolía, el golpe, el tacto y el tiempo. No había hecho nada, no había dicho nada. Su padre estaba parado en la puerta de su habitación con el cinturón que tenía la hebilla gruesa, no se movía, no hablaba, pero observaba con una decepción dolorosa, con una amargura que se le pasaba de la garganta a los poros.
Si él respiraba, si respiraba dejaría de verlo. Si respiraba podía gritar, podía decir. Si respiraba podría ver y oír, si respiraba su cuerpo le dejaría correr. Pero su padre estaba en la puerta, con el cinturón, con la hebilla, con la rabia y con el golpe.
"Nada, nada, no haces nada y haces todo" había dicho silenciosamente. Jack estaba dormido. ¿Estaba dormido? Quién sabe, nadie sabe.
Nadie sabe.
Eso era lo que Andrew Langford había dicho en la puerta de la habitación, mientras se pasaba el cinturón de una mano a otra, mientras acariciaba el frio de la hebilla metálica, al mismo tiempo que se preguntaba como vibraría en su mano si llegaba a impactar en la tierna carne del pequeño. ¿Cuál sería su sonido? ¿Rompería? ¿Qué rompería?
Nadie sabe.
¿Jack lo sabe? Si lo sabe, seguro no lo sabe todo.
Nadie lo sabe todo. Solo él, solo él lo sabe todo y por eso su secreto esta a salvo. Pero él no estaba a salvo, no en ese lugar, no en esa habitación. No estaba a salvo con el cinturón en la mano y la ira por dentro, el alcohol en las venas. Era peligroso y excitante, el subidón de energía, el golpe que electrifica un poco todas las partes. Andrew se sentía como si el dolor fuese parte de sí, como si fuese una de sus extremidades, como si solo tuviera que estirarse para lastimar a otros.
Y no le molestaba, ya no le molestaba.
Jack tenía un espejo, en donde Andrew se miró.
Mentira, Jack era un espejo, el reflejo vivo.
Un reflejo se puede romper.
Un espejo se puede quebrar.
"¿Jack? ¿Jack?" el sonido era lejano, efímero. Desaparecía y regresaba, era una voz suave, cálida y firme.
¿Quién hablaba? ¿Quién llamaba?
Algo mojó lentamente toda su mejilla y eso le trajo a colación todo el mundo. Le despertó todos y cada uno de sus sentidos, y Jack estaba sentado en medio del suelo, con el cuerpo tensionado y su alfa alrededor de él, llorando.
Billy estaba llorando. Jack jamás le había visto llorar en toda su vida.
Estiró una mano temblorosa y le agarró con cuidado el rostro. "¿Billy?"
El muchacho soltó una respiración agitada. Y en dos segundos, lo abrazó, lo sujetó contra sí mismo y comenzó a sollozar con más fuerza que antes, el eco era perfectamente audible y Jack comenzaba a sentir el pequeño escozor en la espalda que le indicaba que su alfa estaba sufriendo. Una sensación curiosa, un recordatorio de la vida, del lazo atado a el corazón de Billy. Por alguna razón, aquella sensación le resulto reconfortante y amena. Quiso sonreír, pero le habría parecido fuera de lugar.
No recordaba que le estaba pasando, se movió por inercia y abrazo a su alfa, lo más fuerte que pudo. Su dolor era una comezón constante, la opresión en el pecho significaba que estaba preocupado, seguramente por él.
"¿Jack? Dios mío" dijo, al mismo tiempo que le sujetaba el rostro entre las manos, entonces Jack se dio cuenta de que él también estaba llorando, de manera fuerte, de que respiraba con demasiada dificultad "Me has dado un susto de muerte, estaba a punto de llevarte al hospital" dijo el alfa, mientras se separaba un poco de él para limpiarse las lágrimas.
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Big Brother ⌠Omegaverse⌡
RomanceDonde Jack se despierta con una marca que lo vincula como la pareja destinada...de su peor pesadilla.