Cinco rosas restantes.
Billy había reemplazado las rosas manchadas con algunas flores más bonitas aún, pero sin embargo el gesto se sentía vacío. No porque no tuviera una intención pura y agradable, sino porque no podría borrar de sus ojos la imagen de sus rosas manchadas de sangre. Sin embargo, importaba su impasibilidad, su necesidad de hacer las cosas bien. Y Jack valoraba aquello con todo el oro del mundo. De todas maneras, observaba cada rosa, y al tocarla, no podía evitarse el pensar que sus manos las estaban manchando también. Desde aquella noche, le quedaba claro que alguien estaba tratando de hacerles un daño irreparable. Quizá se tratará de Andrew, de quién no lograban conseguir información. No lograron explicarle nada a Vanessa, la mujer se encontraba aterrada, suponía que era una broma nefasta y de mal gusto, pero Jack había visto sus ojos, su expresión, un reflejo directo del miedo que su corazón dejaba salir a raudales. Quizá ella no hubiese descifrado el mensaje primordial, entendía lo más importante; que estaban en peligro.
Tras una semana y media, el olor de la sangre seguía impregnado en su olfato.
Ninguno mencionaba nada más del terrible incidente, pero todos eran conscientes de la manera en la que Vanessa se cercioraba de cerrar todas las puertas con seguro cada noche, incluida la de su habitación.
Aquella noche, después de hacer el amor, Jack no era capaz de conciliar el sueño ni siquiera en los brazos de su alfa, y aunque Billy dormía plácidamente a ratos, se despertaba preocupado, le sujetaba la cintura y se escondía en su cuello para calmarse, Jack era capaz de sentir su inquietud, y entonces le acariciaba la cabeza con delicadeza, como podía, y se cercioraba de que su pecho se tranquilizara también. Y sonreía, jamás hubiese pensado que su alfa llegase a convertirse en un hombre con aquella sensibilidad, con un instinto de protección puro y sabio. No había posesividad en su tacto, solo una profunda angustia por el bienestar de su omega. Era noble y verdadero, Jack podía sentirlo. Y era lo único que le mantenía vivo en ese momento. Bajo la blancuzca luz de la luna, Jack se preguntó si salir de aquella ciudad les permitiría escapar de todo el dolor que les estaba persiguiendo en esta.
Se preguntó si la tierra de por medio lo alejaría del sufrimiento, de la perdida.
Y antes de quedarse dormido, se repitió así mismo que así sería. Incluso aunque no se lo creyera.
Billy se despertó primero en la mañana, pero continuaba sintiéndose terriblemente cansado. Y la verdad era que el cansancio parecía ser una sensación con la que luchaba de manera frecuente. Estaba cansado de que el mundo se oprimiera sobre ellos, sobre su omega. Estaba harto de esconderse, de luchar, de tener que abrazar a Jack porque temblaba en las noches debido a sus pesadillas, y no se trataba de que no deseara acunarlo en su pecho a cada momento, se trataba de que Billy soñaba que nada lo hiciera temblar.
En los últimos días, una especie de sombra se había instalado en aquella casa. Una presencia diminuta que se sentía al bajar las escaleras, al abrir las puertas, al soltar las persianas. Billy sentía que aquella casa se retorcía para tragárselos y solo deseaba salir corriendo lo más rápido posible. Jack seguía apretado contra su pecho, la imagen le robó una sonrisa. Solo estaría tranquilo en el mundo si Jack estaba seguro, si vivía lejos de los temores, su responsabilidad era alejarlo del mundo que lo oprimía, su deber era hacerlo feliz. Se levantó tratando de no despertarle, pero era inútil, Billy hacia demasiado ruido y era un poco torpe al moverse. El omega abrió los ojos con disimulo, pero sonrió al encontrarse a su alfa intentando levantarse sin hacer un espectáculo.
Pero fallaba, para Jack, el espectáculo consistía en la luz del amanecer bañando con sutileza el cuerpo desnudo de su alfa. Era curioso, pero Jack estaba seguro de que Billy solamente era él mismo cuando estaba desnudo, cuando se quitaba la ropa y las preocupaciones, era como si el resto del tiempo se contuviera un poco, para no asustarlo, para no delatarse frente a otros. Pero en mañanas como aquella, observaba dignamente todos sus detalles, sus facciones, su manera de mover los brazos cuando estaba un poco avergonzado. Tenía el cabello revuelto y los ojos un poco pequeños y rojos, la falta de ropa lo hacía ver incluso más grande y monumental. Jack repasó con la mirada los tatuajes que le cubrían los brazos y el torso, tenía trazos de todo tipo, y en alguna noche, Billy se había dedicado a contarle la historia de cada uno. Y había sido un gesto tan intimo y tan valioso, que Jack recordaba cada historia inmersa en la tinta. Al final de su espalda, con un notorio resplandor sobre su piel, una delicada medialuna lo ataba a sí mismo, y era tan perfecto y combinaba tan bien, que Jack no pudo evitar sonreír.
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Big Brother ⌠Omegaverse⌡
RomanceDonde Jack se despierta con una marca que lo vincula como la pareja destinada...de su peor pesadilla.