Capítulo 29.

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El relato de Jack había marcado un antes y un después en la historia de su familia. Las verdades, las mentiras, todo rompía con demasiada fuerza.

Después de sollozar juntos, Vanessa ayudo a Jack a vestirse con ropa abrigada, el omega parecía tener un frio eterno en el cuerpo. Afuera, Billy esperaba con impaciencia, era un hombre hecho de preocupación, aunque no hubiese podido escucharlo todo, unos cuantos fragmentos habían sido suficientes, a través de su historia, mediante su vinculo Billy podía sentirlo todo. Y eso había sido mucho más fuerte y doloroso que las palabras. Su omega rememoraba el miedo, la sorpresa, el asco, todo con una claridad abrumadora, y Billy absorbía todo como una esponja, cargó con todas sus penas y sus miedos y no podía parar de llorar mientras escuchaba fuera del baño. Se limpio las lagrimas para cuando Vanessa había salido, la mujer lo miró con los ojos grandes y llenos de dolor.

"Pasa, los espero abajo" dijo. Billy asintió con firmeza y se levanto del suelo, entro al baño y encontró a Jack más sereno que antes, pero igual de dolido.

La imagen le rompió el corazón. ¿Cómo alguien podía hacerle daño a una criatura tan pequeña, tan indefensa? Sin hacer ninguna diferencia, estaba decidido a buscarle, a encontrarle, aunque se tratará de su padre. Y pagaría como tuviese que pagar.

Se arrodilló frente a él e intento mirarlo con serenidad. Él le devolvió una mirada que pretendía calmarlo. Ambos se observaron sin decir nada, el dolor se interponía entre ellos como una pared gruesa de latón. Billy le puso una mano en la mejilla, y aunque Jack se había sobresaltado un poco, luego le acuno la suya propia encima.

"¿Estás más tranquilo?" preguntó, con miedo. Jack asintió lentamente.

"Es solo que...Mamá me ha bañado con esmero, me ha puesto todos los jabones y cremas, y sin embargo me siento..." pero no termino la oración, aunque Billy entendía perfectamente.

Se sentía sucio.

Billy arrugó el gesto. Pero antes de hacer cualquier cosa, Jack se le lanzó encima, lo abrazo con firmeza y comenzó a olerlo, a respirar su aroma como si fuese un refugiado, Billy sintió como comenzaba a calmarse un poco, relajaba los hombros y al mirarlo, no sollozaba con la misma fuerza.

Billy lo agarró de la cintura y lo cargo con delicadeza fuera del baño. Lo llevó en brazos hasta la planta baja y Jack se dejo hacer, escondido en el pecho de su alfa sentía que todo iba a bien de nuevo. Era una ilusión, claramente, pero la vida estaba hecha de momentos ilusorios, valía la pena aferrarse a ese olor, a esa calidez.

Vanessa los observó con atención, a su lado, los gemelos le dirigieron una mirada compasiva. Jack intentó devolverles una sonrisa tranquila. Billy lo acomodo en su regazo, y la libertad del gesto era plena, dentro de todo, podía saborear eso, podía pensar que la vida no era tan terrible si era libre de aquellas cadenas y prejuicios. Sin embargo, otras preguntas motivaban su mente ahora.

"Necesito que estén preparados para lo que voy a contarles, esto...podría destruir completamente la imagen de su padre" dijo, oscilando su mirada entre los gemelos y Billy. Jack sintió que un peso se quitaba de su cuerpo cuando ella no le miro. Dentro de todo, estaba profundamente agradecido de no llevar su sangre en las venas. Eso le limpiaba un poco la conciencia.

"Es momento de acabar con las mentiras, mamá" dijo Paul, a su lado. El omega se veía nervioso y preocupado. Friday asintió, apoyando la moción de su hermano.

Billy también miro a su madre con firmeza. "Solo la verdad, mamá"

Vanessa asintió, se acomodó en el asiento y empezó a hablar de manera pausada.

"Conocí a Andrew cuando éramos muy jóvenes ambos, yo estaba yendo a la universidad y él comenzaba a seguir el legado de su familia. Llegué a mis veinte años sin recibir la marca de ningún alfa, pero eso no me abrumaba, no era mujer frustrada ni me sentía menos. La tía Bernadette me decía en cada momento que era afortunada, que era libre. La recuerdo diciéndome que tenía el poder de elegir y que no estaba estancada con algún imbécil de por vida. Al principio me reía, pero al final, no tener un alfa destinado me hizo elegir demasiado mal. Andrew tenía una situación parecida a la mía, y ambos teníamos la certeza de que el traspaso nunca sucedería. Así que empezamos a frecuentarnos, a vernos para comer o hacer cualquier cosa. No voy a negar que me enamoré de él en un momento, era la mujer más feliz y me sentía la más afortunada, había tomado una decisión acertada, llevaba con orgullo la mordida de el hombre que yo misma había escogido para mí, y eso me hacia sentir poderosa. Nos casamos en una ceremonia sencilla pero muy especial, y en menos de dos meses estaba esperando mi primer hijo. Billy llegó al mundo como siempre ha sido, grande y ruidoso, lloraba todo el tiempo y se moría por descubrirlo todo desde que era un infante" Vanessa se detuvo un momento para limpiar una pequeña lagrima que escapo a sus ojos, y a su vez, Billy le sonreía con melancolía.

Big Brother ⌠Omegaverse⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora