Big Brother ⌠Omegaverse⌡

Capítulo 22.

Quince rosas restantes.

La graduación de Billy sería en varias horas, estaba de madrugada y Jack aún no se había dormido, continuaba elaborando con esmero un regalo para su alfa. Llevaba semanas enteras planificando el regalo perfecto, y aunque hubiese comprado un montón de cosas, nada le convencía aún realmente. Estaba ansioso, asustado quizá. Le dio un sorbo grande a su café, no dormiría demasiado, estaba seguro de ello, pero trataría de descansar lo suficiente para no verse como un cadáver en la importante celebración. Su alfa estaba dormido y tranquilo en su habitación, así que, para sentirlo un poco más cerca, Jack se acercó a su pequeña mesa y sacó de allí un pequeño montón de rosas rojas. El olor y la textura le hicieron sonreír de inmediato, Billy no fallaba con una sola, y parecía que cada día se esmeraba por traer una flor aún más bonita, para darle un amor aún más puro.

Tener aquellas flores lo hacía sentir feliz, seguro. Por primera vez en su vida estaba seguro de lo qué estaba haciendo, de lo que sentía. No era una ilusión, o un sentimiento por obligación, su corazón no se había equivocado aquella vez. El carácter de Billy parecía ablandarse cada día más cuando tenía que ver con él, estaba creciendo y madurando de alguna manera, y Jack tenía una certeza ilusionista de que su alfa intentaba ser mejor para él.

Jack también lo intentaba. Con todas sus fuerzas, con todas sus células. Observó un momento por la ventana, recordó la silueta de su padre en la acera siguiente a su casa. La imagen, incluso el recuerdo le provocó escalofríos. Billy se había encargado de llamar a la prisión en donde su padre estaba recluido, pero los guardias se habían negado a dar cualquier información. Solamente podrían cerciorarse de una información importante aquellas personas que demostraran ser familiares de los presos, o se presentaran allí mismo en aquellas instalaciones. Jack estaba seguro de que Andrew tenía algo que ver en eso, incluso preso, seguía siendo un hombre con dinero, lo que significaba que era un hombre de poder.

Probablemente hubiese pagado para reservar cualquier noticia sobre él, incluso a sus familiares. Y en ese orden de ideas, era posible que se hubiese escapado, pero, si así fuese ¿Deberían haberles informado, ¿no? Vanessa debería saber algo.

Pero ella no sabía nada.

Aparto su mente de aquel oscuro camino, cerró los ojos a la duda, a la incertidumbre y al miedo, no era un día para tener miedo. No era un día para que la vida fuese algo angustiante, era un día de celebración, Billy estaba obteniendo un logró inmenso y al mismo tiempo, estaba comprando el pase de ambos para la libertad.

Lastimosamente, su libertad venía de la mano con un precio muy alto. Con una cadena de oro enredada en los dedos, con un tremendo muro de hormigón, con una infinita cantidad de tierra encima.

Irse, irse lejos. Era estar vivo por fin y morirse al mismo tiempo. Era saber que su madre estaba mejor sin ellos, era ver el futuro en fotografías de su familia, era mentir y aceptar todas las verdades, las revelaciones.

¿Qué pensaría su madre? Aunque ambos planeaban irse juntos, Jack había pedido a su madre dinero para realizar un "viaje" después de su graduación, con ese dinero podrían encontrar un buen piso en otro lugar y pagar lo necesario por al menos un mes. Al mismo tiempo, Billy había anunciado que tenía una importante oferta de trabajo en otra ciudad, una que no podría rechazar.

Aquella tarde, Friday los había mirado desde el otro lado de la habitación, sonriendo con tristeza. Actuaban distantes durante las ultimas semanas para no levantar una sola sospecha, y hasta el momento parecía funcionar de manera perfecta.

Mentir había sido muy fácil, quizá todo estaba siendo muy fácil para ambos después de todo. No era necesario más que solo decir lo acertado en el momento oportuno, reprimir un poco su corazón, sus emociones. Y aunque deseara en cada día dormirse bajo el calor y el cuerpo de Billy, aún debía esperar para hacerlo con toda la paz y tranquilidad del mundo.