Capítulo 2.

1.3K 226 20
                                    

Nadie le había explicado exactamente a Billy que sucedía luego de que marcabas a alguien. Había sentido su dolor, su molestia. Fuese quien fuese su omega, él esperaba que estuviera bien.

Era una situación muy extraña e inexplicable. Había recién cumplido 25 años, y a esa edad era muy probable que su marca ya no se traspasará, o eso pensaba él. Para los alfas era más complicado, puesto que el evento se desarrollaba en el momento que el omega se encontrará listo, pero el alfa debía ser paciente y esperar.

Billy no sabía como continuar, pues habían pasado 9 días y todo seguía igual, nada era incluso un poco diferente. Sus amigos seguían igual, nadie en la universidad le había llamado la atención más de lo normal. Y es que, nadie te explicaba exactamente como encontrar a tu omega después de. Se suponía que estaba cerca, eso si podía sentirlo, su energía vital. Pero no tenía la idea más mínima de quién podría tratarse. Se abstuvo de preguntar, quizá sus amigos creerían que era ridículo. ¿Un alfa que no puede encontrar el omega que marcó? Además, muy pocos de sus amigos tenían un omega establecido, y eran amigos justamente por eso. Porque ninguno respondía por nada ni por nadie. No podía pedir orientación a ninguno de sus hermanos, todos eran omegas, y Jack ni siquiera tenía edad para tener un alfa. No tenía nada más que hacer, solo sentarse y esperar a tener noticias. Quizá si su padre estuviese ahí, tan solo quizá...

Era frustrante. Siendo sincero consigo mismo, Billy nunca se había preocupado de tener un omega estable. Iba de aquí para allá con varias chicas, y su relación más duradera se termino cuando ella se despertó un día con la marca de otro. Desde entonces nunca le había importado demasiado, no se pensaba a sí mismo en pareja, o con cachorros viviendo la vida del sueño de la casita. La idea no lo atraía realmente hasta ese momento. Lo que sentía era una curiosidad inmensa por saber como era, quién era, si le conocía o no, si le gustaba. Si se despertaba dentro de sí esa vorágine que consume a todos los hombres cuando encuentran lo que aman. Por primera vez en 25 años Billy había reflexionado sobre su futuro, o su futuro con alguien, pero estaba parado en un callejón sin salida. Con los brazos abiertos, pero encerrado, al fin y al cabo.

Imagino que solo le quedaba esperar, sentarse a observar, quizá con un poco más de tenacidad la respuesta le saltaría a la vista y pasaría horas sintiéndose tonto por no notarlo antes.

Salió de su habitación con un morral en la espalda, y cuando llego al pasillo algo le llamo la atención. La puerta del cuarto de Jack se encontraba entreabierta. Billy asomo un poco la cabeza con la esperanza de encontrar algo para poder molestarlo un poco. Sin embargo, la imagen que se encontró le dio una sensación diferente y extraña. Jack se encontraba completamente dormido, acurrucado contra una almohada como si se tratará de alguien, abrazado a ella parecía nuevamente un niño pequeño. La imagen le causo ternura, y se encontró a si mismo sonriendo un poco, siempre había sentido una extraña atracción por observar a las personas dormir, con esa impasibilidad característica del sueño, con el cuerpo completamente relajado. Luego de un momento, Billy abrió la puerta completamente y observo a su hermano una fracción más. Jack no se parecía a ninguno de ellos. No tenía el cabello negro, ni la piel bronceada, no era alto como los gemelos, mucho menos imponente como una figura de cera. No tenía esos rasgos tan diferenciados que todos ellos poseían. Su hermano pequeño, en cambio, era delicado, suave y cálido, delgado, torpe, y demasiado callado para el gusto de Billy.

Ese era su problema con Jack, que no hablaba, que no decía nada, que no parecía tener sangre en las venas. No discutía cuando le regañaban, se quedaba muy quieto y asentía mientras su padre solía decirle que incluso para ser un omega era patético. No peleaba, no decía nada cuando el mismo Billy le molestaba de pequeño. Eran aquellas cosas las grandes diferencias entre los gemelos y él. A Friday y Paul sentía que los conocía, que los había visto crecer y convertirse en quienes eran, sabía sobre sus vidas. Pero no conocía en absoluto a Jack, era como si toda la vida hubiese estado ahí y nada más, ensombrecido en todos los lugares por la imagen de sus hermanos. Era casi como si Jack jamás hubiera intentado estar a su altura, y aunque fuese contradictorio Billy le admiraba por eso, por no dejarse llevar de la presión, porque jamás hubiese intentado ser algo que no era. Suponía que se aceptaba y continuaba tranquilamente con quién era dentro de sí. Quizá Billy no le soportaba del todo porque en realidad no le conocía en absoluto.

Big Brother ⌠Omegaverse⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora