Capítulo 6.

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Billy no se sentía realmente a gusto con Kat. Ni con ninguna omega desde cinco días atrás. Pero no podía simplemente decirle que tenían que dejar de verse porque había encontrado a su omega escondido en la habitación del final del pasillo de su casa.

Era increíble, cómo le cambiaba la mentalidad con los pequeños detalles cuando ponía atención suficiente, aun cuando su mente era un desastre, lo más claro se encontraba resaltado con luz propia. Ningún otro omega se iba a sentir nunca como Jack, y eso era preocupante porque Billy ni siquiera sabía cómo se sentía Jack.

El pequeño lo evitaba, lo esquivaba constantemente.

Mucho menos le dejaba tocarlo. O marcarlo con su olor.

Billy respetaba su distancia aún cuando no tenía idea de cuanto tiempo podría resistir esa situación. Y es que su mente y su cuerpo habían dado un giro completamente inesperado, para ir alrededor de Jack.

Se sentía capaz de todo por él, y eso incluía respetar el hecho de que Jack pensaba que el vinculo que compartían ahora era enfermo, sucio.

Que el lazo que compartían ambos estaba manchado con sangre.

Varias noches, el alfa intentaba pensar en romper la conexión. Buscar una manera para no desear correr tras él para preguntarle si necesitaba algo. Y es que era injusto, su naturaleza era injusta porque lo obligaba de la manera más efectiva. Billy sabía que todo se debía a que Jack estaba hecho para pertenecerle, y eso engañaba a su mente y cambiaba su voluntad. La naturaleza modificaba su voluntad para dejarlo sin posibilidad de escapar, porque no tendría ganas de hacerlo.

Sin embargo, su parte racional le decía que Jack estaba haciendo lo correcto. ¿En que mundo podría caber la idea? ¿En que planeta podrían tocarse sin sentir tanta culpa? Billy no era ignorante del hecho principal. Que Jack era su hermano, su hermano menor.

Billy no ignoraba el hecho de que Jack era el pequeño que lloraba silenciosamente cuando era un bebé, que su madre le obligaba a recogerlo en la escuela y Billy la ignoraba y lo mandaba a casa solo. Billy no ignoraba que en su adolescencia había disfrutado molestar al omega.

Y se forzaba a verlo, miraba a Jack y buscaba en cada rincón el niño que había crecido con él bajo el mismo techo y jamás era capaz de encontrarlo. Si observaba de más, siempre terminaba viendo lo mismo; Un chico, pequeño. Un omega, unas lindas piernas, un cuerpo delicado y tierno casi hecho a su medida, las curvas necesarias para perder a cualquiera y sobre todo a él, que ya se había perdido. La altura y el peso necesario para cargarlo cada noche en sus brazos. Pero nunca a su hermanito.

No veía más allá de sus instintos y ese también era un problema de su naturaleza.

Kat le había preguntado que le sucedía últimamente y Billy había mentido, y eso no era realmente una novedad, lo novedoso era que no se sentía bien mintiendo al respecto.

Esa tarde Jack se había encerrado en su habitación a cal y a canto. Billy supuso que estaba dormido.

Se quedo con Kat un par de horas más, luego la dejo en su casa y dio un paseo largo para tratar de alejar un poco sus pensamientos. Si tan solo su padre estuviese ahí, quizá le daría un abrazo y le apoyaría para vivir la vida como quisiera.

Su padre estaría orgulloso, le incitaría a reclamar lo que le pertenece y le diría que ningún hijo suyo se queda sin omega solo porque tiene miedo como un cobarde. O quizá su padre los mataría a golpes a ambos.

Ambas opciones eran igual de posibles. Billy sabía que se parecía a él en muchas cosas, pero al parecer no había heredado completamente su carácter. Eso era bueno y malo en ambas medidas.

Big Brother ⌠Omegaverse⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora