CAPÍTULO 6

49 11 9
                                    

Después de aquella noche en la Iván me besó, no volví a hablar con él y él tampoco lo hizo conmigo. Lo primero que se me cruzó por la mente fue que estaba demasiado avergonzado para hacerlo. No me gustaba esto, me sentía extraña. Hablábamos todos los días y que de repente dejáramos de hacerlo, es algo raro.

Pensaba que tal vez yo fui la que había dicho algo malo que lo hizo sentir demasiado mal como para ya no seguir hablándome. Incluso se me cruzó por la mente ir a pedirle perdón.

Supongo que solo eran uno de esos pensamientos nocturnos que a veces se me cruzaban a eso de las diez de la noche. Casi tomo una mala decisión por eso. Estaba desesperada, demasiado, mejor dicho.

Mi subconsciente me gritaba internamente que no lo hiciera, que nada era mi culpa y que solo tenía que esperar a que él diera el primer paso.

Me hice caso a mí misma porque me amenazaba con golpearme si hacía algo estúpido.

Un día, de la nada, recibí un mensaje de Timothy diciéndome:

¿Quieres acompañarme a dar un paseo?

Casi se me dale el alma cuando leí aquel mensaje. Pude haberme esperado un mensaje de Eliot, pero no de Timmy. O sea, había más probabilidad de que el extrovertido me dijera algo...

Y así fue como terminé caminando por casi todo Brooklyn con el chico más elegante de todos. Él no decía nada, y yo solo me limitaba en seguirlo.

—Entonces, ¿cuál fue el motivo de invitarme a salir? —rompí nuestro silencio.

Me miró por unos segundos, pensando en qué responderme.

—Tú querías conocer Brooklyn, ¿no? —frunzo el ceño por su extraña pregunta y por su extraña excusa de decir que quería estar conmigo.

—Pues sí, aunque digamos que ya conozco la mayoría por Iván.

—Oh, sí, muy cierto. Iván... hace mucho no los he visto juntos, ¿ha pasado algo entre ustedes dos? —preguntó observándome detenidamente, como si ya supiera la respuesta y solo quisiera escuchar mi confirmación.

Batallé mentalmente si debía responderle o no. Si le negaba lo sucedido, iba a saber que le estaba mintiendo, así que solo me quedaba decirle la verdad. De todas formas, ¿qué podía pasar?

—Eh... es algo difícil de explicar y es algo vergonzoso de igual forma, ¿sabes?

—¿Tan malo es? No creo que lo sea, ¿o sí?

—Bueno... —rodé los ojos —Nunca pensé que te interesaba saber acerca de situaciones de las demás personas.

—No es así —responde serio, pero era sumamente obvio que mentía.

Sonreí levemente por su evidente mentira. Si pudiera, le diría mil veces que me cae requetebién.

—Pues fui a una fiesta con Iván y estaba lo suficientemente borracho para que él me...

—¿Para que él te...?

—Para que me besara —solté rápidamente, sintiendo como mis mejillas se ruborizaban.

Tim se deuvo abruptamente y yo lo hice igualmente, mirándolo con algo de nerviosismo.

—Bueno, antes no le creía, pero de que viniera de ti, me hace pensar lo contrario ahora —proclamó mientras mantiene su mirada fija en mí, con una expresión indescriptible.

—Pues debiste creerlo —me encogí de hombros, intentando restarle importancia.

—¡¿A Iván?! Já... —negó lentamente echándome un mirada que interpreté como "no sabes de lo que hablas".

Inevitablemente TuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora