LORENA.
En cuanto Ivy se echó a reír, me miró con una expresión de: ¿estás loca?
Supe que lo que salió de mi boca fue pura basura. No lo pensé bien, ni lo analicé dos veces. Mi cerebro simplemente me dijo: se escucha bien en tu cabeza, ¿para qué analizarlo? Lo que dirás es oro.
Pinche mente sucia la mía. ¿Qué pensará Rosita de mí?
—Tú... —me señaló con el ceño fruncido y de repente su expresión cambió por completo, como si hubiera recapacitado en algo dejando de señalarme —¡Bien! ¿Por qué no? No veo qué tiene de malo.
—Nunca dije algo que tuviera que ver con eso —me cruzo de brazos mientras ella abre la cajita que contenía el Pocky.
De pronto, se metió uno a la boca y me arrinconó contra la pared.
—Abre la boca —obedecí inmediatamente cuando sus manos me sostuvieron con delicadeza del rostro —. Se supone que hay que dejar un centímetro de por medio.
—¿En serio? —elevé mis cejas sorprendida y se enserió.
—No. Quien lo rompa, pierde.
—Tu manera de ser sarcástica me hace dudar de ti —entrecerré los ojos suspicaz. Ivy negó lentamente con una sonrisa en la cara.
Lentamente, ella comienza a morderlo suavemente sin quitar su mano de mí. Ambas nos acercamos poco a poco y cuando estuvimos lo suficientemente cerca, lo rompo intencionalmente.
—Ah, otra vez. Se me rompió.
Ivy se lo termina de comer sola y saca otra. Esta vez no me sostiene delicadamente del rostro y solo se dispuso a mirarme directo a los ojos sin observar exactamente lo que hacía. Seguí con el juego sintiendo su cálida respiración sobre mi piel y supe que ya estábamos lo suficientemente cerca como para que pasara un accidente. Le doy una suave mordida más al Pocky, la delicadeza de sus labios rozando los míos me hizo exaltar y terminé alejándome.
—Perdón —me cubrí la boca sintiendo un ligero rubor en mis mejillas —. No quise...
—Jugaste mejor la primera vez —comentó con un tono irritado —. Si ya te quieres ir, apúrate y haz que salga bien. Así es el juego —añade rápidamente.
Suelto un suspiro y cojo uno de los pockys algo irritada. Me lo meto en la boca y es mi turno de agarrar a Ivy del rostro, obligándola a agarrarlo rápidamente. Saboreo el dulce con cada mordida, actuando con el mayor cuidado para que este no se rompiera. No pude evitar sonreír cuando faltaba poco y eso me hizo agarrar a mi compañera con más firmeza sin tener en mente dejarla ir ni permitir que perdiéramos esta vez.
Sentía su cálida respiración sobre mi rostro y, por la intensidad del momento, no pude contenerme más. Solo quise seguir y seguir hasta el punto en el que sentí el contacto suave de sus labios rozarme e inmediatamente, como si mi cerebro no analizara las consecuencias... me pegué a su cuerpo e inconscientemente mis ojos se cerraron lentamente para besarla.
Pude saborear el dulce sabor de sus labios con el que no me resistí por su sensación y suavidad. Con algo de timidez comencé a besarla, mis labios rodeando los suyos, chupándoselos ligeramente tratando de disfrutar el sentimiento. Percibí las manos de Ivy deslizarse hasta mi cabello y cuando me comenzó a devolver el beso suavemente, inevitablemente, mis dedos empezaron a acariciar su mejilla con cierta timidez.
Su piel era tan suave bajo las yemas de mis dedos que no pude evitar dejar de acariciarla. Mi cuerpo entero estaba inmerso en la sensación, en la suavidad de su boca y en la dulzura de su aliento.
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Inevitablemente Tuya
Chick-Lit¿Y si por accidente te reencuentras con el chico que te botó la maleta en el metro? ☪ Lorena acaba de mudarse a Brooklyn y para su mala suerte se encontró con Iván, el chico que le botó la valija y no paró de mirarla fijamente desde su encuentro. Am...