CAPÍTULO 8

151 15 2
                                        

LORENA.

¡¿Qué se supone que me tengo que poner?! Agh, Iván nunca me dio detalles sobre a dónde iríamos. De repente me llamó diciéndome: arréglate, te doy una hora.

O sea, es fin de semana y yo estoy... sigo en pijamas, mal peinada y parezco como si ni siquiera me he bañando. Mi situación no era la mejor y no podía imaginarme qué tan bien me iba a ver en tan poco tiempo.

Agarro mi celular y lo llamo, los pitidos pasan y me estaba poniendo demasiado nerviosa por nada.

—¿Qué pasó? —habla con la boca llena y frunzo el ceño —. No te quedes callada.

—Eh, sí, como sea... —negué ignorando por completo lo que sea que está haciendo —¿Qué me debería de poner?

—Algo casual.

—¡¿Casual?!

Me agarré la cabeza impaciente. ¿Por qué los chicos eran así? Solo decir casual no me servía de nada.

—Sí, ¿por?

—Ni siquiera sé a dónde iremos, necesito tener una idea. ¿Sabes qué? ¿Vestido o pantalón?

—No sé, es algo simple a lo que vamos.

—Solo responde. Apúrate.

—¡Bien! —se aclaró la garganta —pantalón está bien... —hace una larga pausa y luego añade —: creo.

No fue de gran ayuda.

—Está bien, nos vemos luego.

Cuelgo la llamada sin darle la oportunidad de decirme algo.

En momentos como estos, no me agrada la idea de ser una chica.

•○•♡○•○

—Nada mal Lorena, nada mal, hiciste un buen trabajo —me felicito mientras miro mi reflejo en el espejo.

Delineado... perfecto. Labial rojo... más vivo que nunca.

Me pongo el último toque de perfume y salgo del apartamento.

Llevaba puesto un cargo pants gris, acompañado de un top blanco y una chaqueta corta negra por encima. Obviamente no podía salir sin mis Convers, son mi estilo favorito de zapatos.

Bajo por el elevador y me encuentro con Iván esperándome en la recepción.

—¿Vamos a tiempo? —le cuestiono.

—Algo tarde, pero todo bien. Vamos, el taxi ya nos espera.

Camino rápidamente a su lado intentando alcanzarlo.

—¿Ya me dirás a dónde vamos? —entro al automóvil y él me sigue por detrás cerrándome la puerta.

—Supongo que sí puedo —responde mientras el conductor arranca y lo observo detenidamente esperando por su respuesta —. Iremos a una cena.

—¿Y me has pedido venir así? —arrugo por completo mi cara.

—Son mis padres, no te preocupes —trago saliva —. Querías conocer a Ivy así que todo bien.

—Tu hermana... —asiente y solté un suspiro —¿Ella sabe que yo iré?

—Sí.

Inevitablemente TuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora