Un bullicio despertó a Izar, sus compañeras de habitación iban de un lado a otro, tiraban, desordenaban, movían, hablaban, y solo eso hizo falta para saber que el día había empezado. A duras penas se levantó, tendió su cama y tomó su uniforme, también su bolso. Iba a darse un baño, tal vez así pueda estar más espabilada.
─¿Donde se encuentgan los baños? ─le preguntó a Alice.
─Bajas la primera escalera, caminas hacia tu derecha y están las duchas ─le respondió mientras intentaba entrar en su minúscula falda.
Izar miró aquello con las cejas arqueadas. Brutal, pensó. Se dirigió afuera de la sala común sin prestar atención a los que estaban ahí o los que pasaban por el pasillo mirando sus desnudas piernas. Cuando comenzó a bajar la escalera pilló a uno observándole el trasero, lo miró con mala cara.
─Que regardes-tu autant ? Va perdre les yeux ailleurs! (¿Qué estás viendo tanto? ¡Vete a perder la vista en otra parte!) ─le gritó y el chico no entendió nada, simplemente quedo rojo y se fue corriendo.
La castaña doblo a su derecha después de bajar la escalera y se encontró con un pasillo llenos de puertas, la primera tenia un letrero de aseo. Se adentró y tomó una ducha rápida. Para su suerte no había nadie en esos momentos, tal vez la gran mayoría aún estuviesen durmiendo y los otros aún alistándose para las primeras clases del día. Una vez ya bañada sacó una toalla de su bolso, comenzó a secarse a toda velocidad, enrosco su cabello en la toalla y comenzó a vestirse con apuro, tenía hambre. Ropa interior, camisa, corbata y falda, listo. Colgó su bolso y empezó a calzarse, justo en ese momento comenzaba a entrar gente al baño.
Todos con su uniforme verde, algún que otro amarillo, y un azul solo en todo el lugar. No presto mucha atención, solo retiró la toalla de su cabeza, cepillo su cabello con rapidez y con un movimiento de varita seco la tela. Guardo todo lo que le pertenecía dentro de su bolso y se retiro de aquel lugar. A medida que se iba sintió que alguien la miraba, no le dio mucha importancia, tal vez era porque nunca antes había estado ahí o tal vez pensaban que su madre había reprobado un año.
Izar iba bajando las escaleras dando saltitos, estaba de buen humor de alguna extraña manera. Iba tarareando una canción y en ocasiones (cuando no había nadie cerca) bailaba de forma rara, ella era feliz siendo ella misma. Llegó al gran comedor y vio a Alice hablando con Lore, la rubia al verla dejó de hablar. Izar se sentó frente a ella y la miró con la ceja arqueada.
─Je ne sais pas comment me défendre en duel, mais je peux vous donner un puissant crochet droit. Prends soins de-VOUS. (No sé defenderme en un duelo, pero puedo darte un poderoso gancho de derecha. Cuídate.)
Hablar en francés le había empezado a gustar, nadie la entendía y era divertido, mucho más el ver la cara de la rubia malas vibras. Izar comenzó a desayunar de forma rápida, estaba revisando el horario que iban dejando mesa por mesa. Defensa contra las artes oscuras era su primera clase del día, lo que más le gustó fue ver que cerraban con Pociones, casi salta de la felicidad al ver eso.
─Bien, DCAO con Hufflepuff ─susurró para ella misma y se levantó de la mesa con una tarta de calabaza en la boca.
Iba caminando tratando de ubicarse a donde tenía que ir, no se molestó en esperar a sus compañeras, solo caminó y caminó. ¿Demoró? Parecía que había pasado una eternidad desde que salió del comedor, aún más cuando vio la cantidad de escaleras que tenía que subir, y ni hablar lo que tenía que caminar. Ya no quería absolutamente nada más con la vida.
Al llegar a la puerta de lo que iba a ser su aula, vio que no había nadie aún, solo estaba ella y su miserable enojo contra el Potter sin estilo que residía de manera indefinida en su casa. Pobre del chico cuando tuviese la oportunidad de volver, iba a terminar de rajarle la cara con un hechizo mal ejecutado.
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El reloj de Linjat |⋆Regulus Black
FanfictionIzar Black vuelve a Inglaterra después de ausentarse durante unos años. Los inicios de la segunda guerra mágica le cuesta la vida a su padre, Sirius Black. Ahora ella tiene una misión, salvar a su familia. Esa simple acción va a desencadenar escenar...