10─Te odio

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Los ojos de Regulus viajaban con desagrado una y otra vez ante las dos personas que tenía en frente. Izar y Barty se mantenían riendo y hablando de estupideces mientras intercambiaban sus corbatas. Y cuando pensaba que aquello no podía ser peor, unas cuatro personas más se sentaron en la mesa que estabas ellos. El profesor de pociones se había tomado muy en serio lo de armar grupos grandes, eran nueve personas.

─No hagas eso, es asqueroso ─veía como la castaña le sacaba el caldero a su amigo.

Los de Hufflepuff que estaban con ellos y el idiota de Anthony miraban aquello sin saber muy bien qué decir, hasta que Regulus le tiró un corcho en la frente a la única chica de Gryffindor en la mesa.

─¡Me dolió! ─se quejó.

─Era la idea ─dijo obvio, la chica le devolvió el corchazo─. ¿Cuando vas a dejar de lanzarme cosas?

─El día que dejes de ser un idiota, posiblemente nunca ─soltó realmente confiada.

Regulus le lanzó nuevamente el objeto con fuerza justo cuando el profesor entraba al aula. El hombre hablaba sobre cómo iban a proceder en este caso, explicaba que el informe lo iban a entregar de cuantos integrantes quieran siempre y cuando sean del mismo grupo de trabajo, y que iban a quedarse hasta que un equipo realice la poción en perfecto estado. Izar tenía todas las de ganar en esta ocasión.

─Pasen a tomar los libros requeridos, los materias a utilizar y no exploten nada ─habló antes de sentarse en su escritorio a esperar.

Izar, Anthony y Regulus fueron lo que se levantaron para tomar las cosas que iban a utilizar, la castaña había agarrado uno de los hongos que había en la mesa, busco específicamente el que ella encontró. Aunque una mano fue a parar sobre la suya, sus ojos viajaron hasta el rostro de una serpiente que conocía bastante bien.

─Suéltalo ─murmuró tirando del frasco.

─Yo lo llevo ─dijo él, tiró con fuerza y le saco el hongo de la mano.

Un bufido escapó por los labios de la chica mientras caminaba detrás suyo con unos líquidos para utilizar. Se paró a un lado del caldero y dejó las cosas sobre la mesa, Regulus le pego unos empujones al estar tan cerca, el codazo que le metió Izar entre las costillas le sacó el aire durante unos segundos.

─Bien, lo primero es cortar el hongo en rebanadas finitas.

─¡Yo! ─gritó Izar, pero Regulus ya lo había tomado antes.

La sonrisa burlesca que le dio incrementaron sus instintos asesinos. Ella se encargó de medir con una pipeta los líquidos que estaban en los frasco para no hechas de más, los demás pesaban cosas y Barty solo miraba el fuego que calentaba el caldero.

La clase continuó con normalidad, todos hacían algo mientras que Izar se enfocaba en perfeccionar los errores de los otros mientras les explicaba. Regulus siempre se entrometia con la simple intención de hacerla enojar tirando datos que no eran ciertos. Izar estuvo a nada de clavarle un cuchillo en la cara, lo único que la detenía era que la expulsarian de Hogwarts. Su paciencia estaba llegando al limite, y comenzó a flaquear cuando iba a revolver la poción y Regulus había tomado la varilla.

─Suéltala ─le dijo mirándo su mano.

─Tú suéltala ─contraatacó.

La castaña le perforó el cráneo en su cabeza una y otra vez con brutalidad, pero un jaloneo hizo que se desconcentrase. Le piso el pie cuando intento sacarle el la varilla.

─¡Yo estoy cuidando la poción, Black!

─¡Quiero ayudar!

Ils devront vous aider à sortir d'ici si vous ne la laissez pas partir ! (¡Tendrán que ayudarte a salir de aquí si no la sueltas!) ─masculló mientras apretaba su pie con fuerza.

El reloj de Linjat |⋆Regulus BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora