19─Bajo estrellas

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Todo mundo estaba almorzando, la gran mayoría se encontraban sentados en cualquier sitio. Los ganadores de la copa de la casa había sido anunciado, los Slyterhin estaban felices con su victoria. El murmullo de los adolescentes conversando inundaba el gran comedor, algunos hablaban de manera alegre y animada lo que iban a vestir en la tarde, mientras que algunos otros esperaban con ansias a que las lechuzas trajeran sus paquetes con vestidos y trajes.

Izar miraba con aburrimiento su comida, estaba esperando con ansias a que sea de noche, quería volver a casa cuanto antes. Las lechuzas habían aparecido volando sobre la cabeza de todos, dejaban paquetes en las mesas y todo mundo se levantaba con entusiasmo para poder prepararse. La profesora McGonagall se había levantado de su silla, caminaba hacia la castaña, quería mostrarle lo que había conseguido para ella.

─Señorita Delacour, acompañeme.

Alice, Lore y las demás chicas que estaban aún en la mesa de los leones, miraban con atención como Izar se levantaba y caminaba unos pasos más atrás de la profesora. Regulus y Barty la miraban irse, el Black con asías de poder verla en la tarde, y Crouch con remordimiento por no haberla invitado cuando tuvo la oportunidad. Cuando se enteró que iba a ir al baile con Regulus casi se infarta, estaba demasiado molesto consigo mismo para ser real, y también con el que alguna vez fue su amigo.

─Espero que el color azul sea de su agrado ─le habló McGonagall a Izar mientras se adentraba a su oficina.

La castaña miró el lugar con curiosidad, no había mucho más que papeles, estampas de un león, un banderín rojo y dorado, y algunos trofeos de Quidditch. Sobre la silla que había detrás del escritorio había una caja, tenía un listón rojo. Minerva le tendió aquello con una sonrisa, estaba ansiosa por ver si le gustaba.

Se deshizo del listón y abrió la caja. Lo primero que vio fue la parte del torso, tenia un escote en corte corazón, unas tiradores que caían hacia los hombros, tenían detalles en plateado, algunos brillos. Sostuvo la prenda en manos y la sacó por completo de la caja. No era muy voluminoso, tenía una tela principal de seda con una abertura en la pierna derecha, adornando esa tela que le daba forma tenia varias capas de tul con pequeñas flores y hojas bordadas en plateado.

─Es precioso ─murmuró la chica viendo a la profesora.

─Que bueno que te guste ─sonrió.

Izar miró aquello nuevamente sin poder creérselo del todo, era tan sencillo pero a la vez tan delicado. No sabía que decir. Fue a guardar nuevamente la prenda con miedo de romperla, y en el fondo de la caja pudo ver un par de zapatos con tacón. Eran plateados, tenían brillitos y unas pequeñas flores en la parte donde iba el tobillo.

─Eran de tu madre ─dijo Minerva mirando los zapatos.

Izar la miró asombrada.

─¿De verdad? ─preguntó tocando uno de los zapatos.

─Si, el vestido ese lo había elegido ella para el año anterior, cuando se graduó. Nunca llegó a usarlo, Sirius le había regalado uno cuando le pidió que lo acompañará ─comentó la profesora.

Izar soltó una risita.

─Sirius y Regulus son demasiado diferentes ─murmuró mirándola.

─Me alegra que hayas aceptado al joven Black, de lo contrario, hubieses cometido un grave error.

─¿Usted lo cree? ─preguntó dejando el vestido con cuidado.

─Estarías engañandote a ti misma, eso es más que suficiente ─murmuró levantando las cejas.

─¿Engañarme por qué?

─Todo el mundo nota como se miran, ambos, porque no eres solo tú.

─Es mi tío ─dijo tratando de hacer que cualquier pensamiento de otro tipo se fuera de la cabeza de su profesora.

El reloj de Linjat |⋆Regulus BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora