Capítulo 7

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Sana se escondió de los ojos burlones de sus amigas en el baño, tuvo a bien subir los pies por si la llegaban a buscar, porque tenía que avisarle a su mamá que estaba fuera de casa y se quedaría a dormir con alguna de sus amigas, cuando escuchó un borrachazo en el cubículo de a lado. Se veía que la habían dejado sola porque se escucho como unos pasitos salían del baño. 

La lucha era intensa, pues no podía ni levantar la tapa del retrete, se conmovió y decidió ayudar a una damisela borracha en apuros, cual sería su sorpresa en encontrarse a su futura esposa intentando quitarse el saco. y hacer pipí al mismo tiempo. Una imagen digna de cuando entras con toda la calentura a tu casa y quieres desnudarte en un santiamen, pero no lo logras.

Le quitó el saco, desabrochó el pantalón y se dio la vuelta esperando que pudiera hacer pipí, incluso silbaba las mañanitas para que no se sintiera cohibida. La verdad a ella le da pena cuando la escuchan hacer pipí y es empática con las demás, cómo no había papel le pasó un paquete de panueños desechables y escuchó como los abrió y ... los usó. 

—Ya

Escuchó que le dijeron y por respeto se giró mirando el techo, le ayudó a levantarse sin bajar la vista, le ayudó a subirse los pantalones. esa vista la tendría después y no quería llevarse un mal recuerdo de su futura esposa. La vistió sin despegar sus ojos del techo. Cuando estuvo lista, se preparaba para salir pero el aviso de que iba a vomitar se hizo presente con ese sonido particular. 

La giró y empujó su cabeza al retrete reteniendo su cabello. Dos arcadas más le ayudaron a desintoxicar su cuerpo de alcohol y la poca comida que pidió, sintió que ya estaba bien y le preguntó con el tono más amable posible. 

—¿Estás bien o quieres seguir? 

—Más — dijo con un hilo conductor de otra arcada. 

Aplicó la palanca,  una técnica usada para apretar el estómago cuando vomitan para ayudar a vaciarlo más pronto.  

Sin saberlo Chae había entrado en el baño y recién las había escuchado incluso intentó abrir la puerta, pero ambas chicas estaban ocupadas, el vómito aterrizando en el inodoro, le revolvió el estómago y agradeció que alguien la estuviera cuidando para no tener que ser ella, discretamente dejó los rollos encima del lavamanos y salió corriendo. 

Cuando Bambam la vio llegar a la barra sin su jefa, fue al baño por ella gritándole desde la puerta.

—Jih ¿Estás bien? ¿Quieres que entre por ti?

Jihyo un poco mejor, se estaba enjuagando la boca, no quería ser vista de esa forma. Y le hizo cara de preocupación a Sana. Esta solo le guiñó el ojo y se llevó el dedo índice a la boca pidiéndole guardar silencio y se metió a un cubículo 

—¡Estoy bien, ya voy. Dame un segundo! —luego susurró en dirección al cubículo —gracias. 

Chaeyoung le había preparado un café doble y se lo dio cuando ambos llegaron a la barra. Bambam tomó los abrigos y la llevó a su casa. 

Solo dos personas recordarían los verdaderos sucesos de esa noche. Y una lo olvidaría por bastante tiempo.




ヽ(=^._.^)ノ    ☆ Miau ☆     ~(^.˳̫̬.^ 彡)ノ

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Prrrfff Gracias.

(^._.^)ノ

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