Reglas para entender a una Park

Capítulo 21

Sana se sentó en el descanso del brazo y puso una almohada, invitando a Jihyo a acostarse encima de ella, y con gusto se acomodó así.

La película inició y Momo y Chewy cantaban la intro, Dahyun abrazaba a Momo por los hombros, mientras las miraba interactuar. Mina estaba más entretenida en escoger la fritura ideal que la película.

Sana luchaba con todas sus fuerzas por no escurrir sus manos sobre Jihyo, tenerla encima de ella y no poder tocarla era un martirio del que no se podía librar.

Jihyo miraba entretenida la película, hasta que de pronto sintió que debía ser incómodo para Sana tenerla encima, y con toda la inocencia del mundo se giró lentamente para preguntarle.

—¿Estás bien? — Sana le dijo que sí con una hermosa sonrisa que desapareció sus ojos y sin saberlo ni hacerlo consciente, su corazón empezó a latir increíblemente rápido — ¿No te estoy pesando mucho? ¿Quieres cambiar?

Sana sonreía negando las propuestas de la CEO.—Estoy bien ¿No estás cómoda?

Jihyo sonrió y afirmó con la cabeza —mucho.

Sana inconscientemente le acarició el cabello y después de unos segundos viéndose, cambiaron las miradas a la película. El contacto entre ellas era muy normal y se sentía cómodo. Era consciente en todo momento que no debía rebasar la línea con Jihyo, pero disfrutaba mucho ese contacto.

—Mina onni, ¿me haces caricias en el cabello? — preguntó Tzuyu.

Mina no sabía a qué venía esa petición, pero la atrajo hacia ella y, tras acomodarse, Mina acariciaba a la niña con gracia y lentitud. Parecía que se iba a quedar dormida, pero estaba viendo la película. Después de unas escenas, se inclinó para ver la recién agregada al grupo y captar su atención.

—Es más cómodo sin la almohada, Jihyo onni. ¿Por qué no lo intentas?

Sana se quedó de piedra, Mina disimuladamente se rió de la astucia de la niña. Y las que compartían el sillón lateral acatando la orden de la menor, tras preguntarse con la mirada si estaba bien, Jihyo se sentó y quitó la almohada, luego se recargó sobre el pecho de Sana. Esta la trajo un poco más y recargandole su mano en el abdomen, y con la otra siguió acariciando el cabello.

Jihyo no sabía que el calor que sentía en ese momento no era ambiental sino corporal, que su cuerpo reaccionaba a las caricias y contacto de Sana, que los latidos acelerados poco o nada tenían que ver con que la villana se acercara al escondite de Barbie, ni mucho menos que su mano se escurría buscando entrelazar los dedos con Sana.

Sana era consciente de todo eso y se limitaba a dejar que Jihyo marcara el ritmo de las acciones. Ella no intervendría en una relación, aunque ignoraba que esa relación se había roto hace poco. Ella cuidaría de su futura esposa como amiga hasta que pudiera seguir a un noviazgo y casarse con ella.

Cada tanto se acomodaban y Jihyo llegó a la altura del rostro de Sana, giró su cabeza quedando junto a los labios de Sana, y sin poder detenerse, le dio un beso en la mejilla.

Sus miradas se buscaron y una sonrisa tierna apareció en ambas. Jihyo repitió el beso pero ahora en la frente, cerró momentáneamente los ojos y sonrió hermosamente. Se relajó y descansó el cuerpo girándose y acostándose sobre Sana, recargando su mano en el pecho de esta.

Sana acarició su espalda y recargó su mano en la espalda baja, casi rozando sus nalgas.

Nadie decía nada, todas eran conscientes de lo que estaba pasando, menos Jihyo, que en la ignorancia de su inexperiencia, consideraba eso como algo normal.

La tensión sexual era alta, Sana no podía detenerse, Jihyo no sabía lo que provocaba, Mina dejó el cabello de la pequeña Tzuyu y Momo pasó saliva esperando la reacción de Dahyun.

Dahyun tomó discretamente su celular y al minuto el papá de la niña entró a la sala pidiendo comer, invitándolas a ponerle pausa para comer lo que habían pedido, porque no podía esperar a que terminara la película. Tzuyu corrió a tomar la mano de su papá y entró brincando a la cocina gritando:

—¡Pizza, pizza, pizza!

Seguida de las demás.

Jihyo se levantó y Sana cruzó las piernas. Hasta que todas habían entrado a la cocina, pudo ir al baño, se lavó la cara, se abrió la blusa de la pijama para abanicarse y tuvo tiempo de limpiar el desorden que le había provocado Jihyo.

Esta noche sería todo, menos pacífica ni tranquila.

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