El reino distante, envuelto dentro de la luz celestial de innumerables estrellas, amenazaba con sumergir cada punto de negligencia. El paisaje místico hacia que uno se pregunte si ya habían sido transportado dentro de sus propias fantasías irreales. Sumergiéndose dentro de la noche, era como si la tierra y el cielo estuvieran invertidas.
Aún así, esta descripción no era necesariamente falsa. Después de todo, Natsu Dragneel estaba en un cenit astronómico más alto que en los cielos, un lugar donde yacía el planeta Tierra bajo la mirada del observador: el gran cosmos.
A pesar de tantas posibilidades adversas como la falta de oxígeno, la radiación cósmica, el frío extremo, o la gravedad diabólica, Natsu, sin la necesidad de un traje espacial o algo para que preserve su vida, flotaba en el siendo el centro de atención. Aunque podría verse así, era habitual. Natsu no entró al cosmos simplemente para visitarlo o algo así. Estaba ahí para liberar el corazón sellado de la chica solitaria que había caído en un sueño eterno en ese espacio vacío desértico.
Natsu: Mukuro...
Natsu dijo ese nombre con algo de entusiasmo.
Mukuro, Hoshimiya Mukuro. Una joven chica, con un cabello dorado que flotaba y que era más largo que su cuerpo y un vestido con una temática de constelaciones que envolvía su estatura delgada, vagaba gentilmente en frente de Natsu. Ninguna emoción había dejado de existir en su rostro inocente. Sus hermosos ojos dorados aún veían al mundo sin una pizca de interés.
Mukuro: Hmm. Tu eres la pestilencia en su propia definición, y un pobre recuerdo para añadir.
Natsu: Y aún así, soy el imbécil que vino a abrir tu corazón a la fuerza, niña mimada.
Natsu levantó las comisuras de sus labrios mientras decía eso, y Mukuro simplemente suspiró de nuevo. Sin embargo, no podía encontrar ningún sentimiento de disgusto en él.
Pero eso, no implicaba que lo opuesto era verdad. Para ser más exactos, Mukuro no expresaba ningún tipo de emoción contra Natsu, ya sea malicia o amabilidad. Este acto inexpresivo defería de su sentido innato de eliminar cualquier intruso en su territorio.
Su falta de interés y frialdad por cualquier tema, se debería a que ella misma había sellado la ventana de su propio corazón. Exactamente que personalidad resultó de eso y como afectó a la mente de Mukuro no estaba claro. Y a partir de ese resultado, ya sea alegría, enojo, o placer, Mukuro no poseía ninguno de esos sentimientos.
Y aún así ella, quien había perdido todo para vagar en este lugar lejos de la superficie, no fue molestada ni observada por nadie, siguiendo solamente el propósito de un vagabundo.
Mukuro: Si es así, ¿Qué es lo que te pidió volver?, aunque el presente tú ya no duda.
Mukuro inclinó la cabeza y preguntó eso. Probablemente se debía más a su expresión aburrida que su acto de inclinar su cabeza parecía más que una provocación burlona.
Natsu: Aunque digas eso, es un poco complicado. Ya que la última vez fuiste tan grosera, no me quedó de otra más que venir personalmente para hablar contigo.
Mukuro: Que tontería. El pasado se repite; ser atraída a tu hipocresía debe confundir a Muku. Muku no ha buscado la salvación.
Natsu: Sí, bueno, en eso te equivocas. No vine a hablar con la tú de ahora. Vine a hablar con tu yo que decidiste sellar, la verdadera Hoshimiya Mukuro.
Mukuro: ¿Huh...?
Mukuro hizo un resoplido sin el más mínimo cambio de expresión.
Mukuro: Al diablo con eso. ¿No crees en la identidad de Muku? Muku lo dice una y otra vez, pero tú no escuchas. ¿Con que posición, criticas a Muku?
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Natsu Dragneel en Date A Live
Fanfiction"Espíritus" Chicas con poderes especiales que causan destrucción con sus apariciones, lo quieran o no, son tachadas como monstruos y perseguidas para su eliminación inmediata. Enviado desde un mundo donde la magia es usada día tras día por toda la p...