De paso

574 22 0
                                    

Viernes por la noche.

En el departamento.

- ¡Hei! ¡Tina! ¡Llegué! -Engfa llegaba al departamento con varias bolsas en sus manos y con una sorpresa para sus amigas-. ¡Tengo algo para mostrarles! -cantó mientras entraba a su propia habitación a dejar las bolsas.

- ¿Qué quieres, Eng? Y deja de gritar, ¿quieres? A menos que estés teniendo sexo conmigo o te llames Orathai Jensen, no tienes por qué hacerlo -le dijo sonriendo desde el balcón y largando el humo del cigarrillo que tenía en su mano.

Tina llegaba a la sala corriendo.

- ¿Dónde está? -miró a Heidi que se limitó a encogerse de hombros-. ¡Heidi! -el tono que usó Tina no era nada bueno-. ¿Estás fumando de nuevo? Es el cuarto que te veo agarrar en la tarde -la retó.

- ¿Otra vez fumando, Hei? ¿Cuántos llevas en el día ya? En la oficina te acabaste un paquete entero -Engfa se unía a sus amigas en la sala y de paso dejaba a la bailarina y a su socia con sus bocas abiertas-. ¿Qué pasa? ¿No les gusta? -la empresaria se frenó delante de ellas.

-Te- te- te. ¡OH, DIOS! -Heidi estaba impactada-. ¡Te teñiste el cabello! -Engfa giró los ojos ante la obvia observación de su amiga.

-Exacto, necesitaba un cambio -explicó-. Pensé que el negro me daría un aire distinto -completó la idea.

- ¡Me encanta, Eng! -Tina se abalanzó sobre su amiga para felicitarla-. Te combina perfecto con tu mirada de fuego, te van a tener más miedo que antes -agregó, dejando a Engfa pensando si eso era bueno o malo.

Heidi sonrió vorazmente.

- ¿Te teñiste los de abajo también? Porque, ¿sabes a quién más le va a gustar este cambio? Al rarón. Va a estar a mil con el nuevo color -dijo, sacando su sonrisa maligna. Engfa hizo silencio ante lo dicho por la tailandesa, no quería mencionar la verdadera razón de la elección del color de su cabello.

-Por supuesto que le va a gustar, si el otro día Char estaba como loca con Jennifer Kimberly cuando la hicimos ver un vídeo de PB con nosotras, hasta que Engfa se enojó con ella porque no le estaba prestando atención y apagó el televisor.

Engfa se sonrojó y tuvo que esquivar la mirada de Heidi. Tina había revelado su secreto.

- ¿Así que fue por eso...?

-Hablando de Charlotte, ¿dónde está?

¡Ding! ¡Ding! Campana salvadora, la bailarina sacaba a Engfa de un gran aprieto.

-Por la hora que es, ya debería estar aquí -comentó la chica más alta-. ¿Trabaja esta noche también? -al parecer la castaña llevaba varios días encerrada en el estudio cubriendo los trabajos que tuvo que adelantar por la visita de Mali y Naree.

Engfa miró el reloj y frunció su ceño, haciendo una nota mental automática que le recordara hablar con Charlotte de sus horarios agotadores de trabajo.

-Ya debe estar por llegar -dijo.

- Entonces deberíamos poner en funcionamiento el último día de tortura -con aviso previo, la tailandesa se desvistió en medio de la sala y se quedó solo con una diminuta tanga blanca. Topless on.

- ¿El último día? -Tina se entristecía mientras se desvestía-. ¿Por qué? A mí me gusta andar desnuda por la casa -dijo mientras se sacaba las últimas prendas que le quedaban. El papel de la bailarina era atormentar a Charlotte como Dios la trajo al mundo.

La actual pelinegra hacia lo mismo que sus amigas, pero un poco más tímida elegía quedarse en ropa interior.

-No podemos andar así con las niñas en la casa, Tina -aclaró, mostrando su escultural cuerpo que ahora solo vestía un conjunto de ropa interior negro con letras violetas de la marca-. Además, extraño a Charlotte -confesó-. Entre que trabaja todo el día, y el tiempo que la vemos se la pasa en el baño, no puedo cruzar ni dos palabras con ella. Aún no he podido ni hablar con ella sobre la hermana Kanya y Malinee.

No soy para ti(Englot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora