La cuenta esta empatada

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Miércoles por la tarde.

Oficina de Engfa.

- ¡Engfa! -Heidi entraba de golpe en la oficina de su socia, como ya era de costumbre. Un cierto nerviosismo en la tailandesa hacía saber que este no era un día cualquiera-. ¿Estás lista? - ¿Qué pasa? -se frenó en seco cuando vio al doctor personal de Engfa sacándole sangre a su amiga.

-La señorita Waraha no se siente bien y me pidió que llamara al médico -contestó una atenta Hwang.

Heidi frunció el ceño y se acercó a la morena, preocupada.

- ¿Hay algún problema? ¿Tuviste otro mareo, Eng? ¿Almorzaste? Tina me dijo que vigilara que comieras -indagó.

Engfa giró los ojos, era raro ver a Heidi preocupada por alguien, pero cuando lo estaba era verdaderamente escalofriante.

-Solo es rutinario, Heidi. No me he sentido muy bien estos días y el doctor Hudson piensa que puede ser algo que estoy comiendo y no me está haciendo bien -contó-. Y deja de ser tan chupa medias de Tina, ¿quieres? -la tailandesa estaba cumpliendo al pie de la letra su plan "rescatando el amor de Tina".

- ¡Bien! -el doctor terminó la extracción y se aseguró de guardar todas sus pertenencias-. No se preocupe, señorita Waraha. Según lo que la señorita Engfa me ha contado, estoy seguro de que es una simple indigestión junto a un posible cuadro de estrés y nervios -aseguró-. Por eso usamos estos análisis para un chequeo diario -agregó-. Los resultados van a estar para el viernes -agregó, tomando su ordenado maletín.

-Muchas gracias, doctor -lo saludó Engfa-. Hwang lo va a acompañar -el hombre asintió y siguió a la mujer hasta la puerta.

-Oye, Eng, si quieres puedo hablar con la secretaria de George y pedirle que nos pasen la reunión para-

- ¡Ni se te ocurra! -Engfa estaba lista-. Sabes que desde que llegamos a Nueva York tengo los ojos en ese negocio, no pienso dejar pasar la oportunidad -dijo mientras tomaba su cartera. Mientras Engfa estaba vestida con un impecable vestido negro, con su cabello en una cola alta de caballo, Heidi llevaba el cabello suelto y lo combinaba con un serio traje de mujer empresarial.

-Solo preguntaba para cumplir con el deber de amiga y porque Tina me obliga -se hizo la despreocupada-. Estuve repasando las cifras con Kulap -al parecer alguien había hecho un nuevo amigo- y se quedó sorprendido de mis números -y admirador-. Aunque cree que podemos apretarlo por el lado de los costos un poco más -Engfa sonrió ante esto, los Tiffany no tenían salida.

-De acuerdo. Dejo eso en tus manos -dijo mientras abría la puerta de su oficina para dejar pasar a su amiga.

-Hwang, ya sabes dónde voy a estar, ve preparando el champagne -dijo a su secretaria.

-Y avísale a Tina que pasaré a buscarla por el estudio de danzas -esta noche toca festejo parece

-Por supuesto, señoritas. Mucha suerte -la secretaria las despidió con una sonrisa.

Más tarde.

Tiffany & Co.

-Por aquí, por favor -Lorena, la secretaria de George Tiffany las hacía pasar a la oficina del hombre-. El señor Tiffany va a estar con ustedes en unos segundos -les informó-. ¿Puedo traerles algo? -preguntó

-Un café negro para mí -le dijo Heidi sin mirarla-. Bien caliente, si viene frio no se moleste en traerlo -agregó, exigente.

Engfa rechazó la oferta con un gesto de su mano y la secretaria salió del lugar.

-Tiene una oficina más pequeña que la tuya, Eng -observó Heidi-. ¿Y escuchaste? El viejo George nos va a atender, no hay perra a la vista -no había dicho nada de Snack al parecer-. Alguien se achicó ante la gran Engfa Waraha -rio.

No soy para ti(Englot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora