3 conocido

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- ¿Sí? - preguntó y una extraña sensación de familiaridad me invadió al instante. Su rostro, aunque había cambiado con el paso de los años, conservaba rasgos familiares que resonaban en mi memoria. Recordé la imagen del chico de la foto en el teléfono desconocido años atrás, y una pregunta surgió en mi mente: ¿podría ser él? Mientras realizaba los exámenes médicos, noté que Charles estaba de espaldas a mí, mirando por la ventana con una expresión distante. Observé sutiles diferencias entre él y el chico de la foto. Su cabello, que antes lucía descuidado y rebelde en la imagen, ahora estaba más corto y cuidado. Sus hombros parecían estar encorvados, como si llevara el peso del mundo sobre ellos. Y aunque sus ojos todavía conservaban la misma mirada profunda, parecían cargados de una tristeza que no había visto en la fotografía

-Doctor- dijo el chico mientras se acercaba poco a poco, y ahí reaccioné. Lo estaba mirando como un idiota. Me golpeé internamente y le sonreí.

- Sí, lo siento me distraje un rato-

-no se preocupe a todos nos pasa- dijo, intentando sonreírme. Tenía una sonrisa preciosa y esos hoyuelos que tanto lo caracterizaban. Lo seguí revisando y aunque tenía la pierna rota lo que más me llamó la atención fueron las marcas en su piel. Hematomas de diferentes edades adornaban su cuerpo, algunas frescas y otras más antiguas, como si fueran recuerdos dolorosos de un pasado turbulento. Me llené de preocupación al darme cuenta de que mi ángel no estaba del todo bien y eso me preocupó Porque si él fue mi ángel, él me alegraba los días donde todo parecía perdido. Porque con solo su foto, sabía que todo iba a estar bien. Suena ridículo, pero esa foto fue lo que me mantuvo a flote durante estos años. Él y solo él. Y ahora lo tenía aquí, enfrente de mí, sufriendo, y yo no iba a permitir eso. Él me había ayudado durante tantos años, ahora me tocaba a mí.

-Vuelvo en un momento, - dije no podía verlo en esa situación no podía se me revolvía el estómago solo de pensar lo que sufría, me dirige hacia el único lugar que me daba paz, un lugar abandonado del hospital. La mayoría de la gente no lo utilizaba por algunos rumores que habían existido sobre que había fantasmas, pero la verdad era que solo eran rumores absurdos, pero me favorecía porque nadie se acercaba a ese lugar. Decidí llamar a mi mejor amigo Marc, al segundo tono él contestó.

-Bueno- dijo un poco desconcertado.

-Lo encontré- fue lo primero que dije. - ¿A quién encontraste, Carlos, a mi papá? - preguntó.

-No, idiota, al chico de la foto-

- del que has estado enamorado durante años?

-Sí, ese- respondí. - ¿Y cómo? -preguntó.

-Es paciente de aquí en el hospital. Vino por una pierna rota, pero parece que sufre de maltrato, - expliqué mientras me enojaba.

- ¿Y qué piensas hacer? - preguntó Marc. -No lo sé, es algo que no he pensado todavía, - respondí. 

 -Mira, mi consejo es que, si no quieres preguntarle, porque seguramente te lo va a negar, mejor trata de cuidarlo e ingenia algo para que pueda salir él solo. -

-Tal vez, pero ¿cómo? - pregunté, buscando una solución.

-Mira, inicia con lo más fácil: no lo dejes solo. -



¡Hola! ¿Cómo están? Creo que tardé más de lo esperado, ¡jaja!, pero ya estoy de nuevo aquí

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¡Hola! ¿Cómo están? Creo que tardé más de lo esperado, ¡jaja!, pero ya estoy de nuevo aquí. Oigan, creo que estoy avanzando muy lentamente, ¿qué opinan ustedes? Bueno, eso es todo, ¡adiós!

Entre Sueños y Realidades (Charlos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora