14 Beso y algo mas

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Capítulo 14

Carlos

La noche se cernía sobre el lago, tejiendo un manto de oscuridad salpicado de estrellas brillantes. Nos encontrábamos en la orilla, con el suave susurro del agua como nuestra única compañía. Charles y yo nos mirábamos el uno al otro, capturados en un momento de intimidad y expectación.

—¿Estás listo para esto? —pregunté, apenas audiblemente, mientras mantenía mi mirada fija en la suya.

Charles asintió lentamente, una sonrisa nerviosa curvando sus labios.

—Sí, estoy listo. Confío en ti, Calos.

Tomé su mano con ternura, sintiendo la calidez de su piel bajo mis dedos. Nos miramos durante un largo momento, dejando que el peso del silencio llenara el espacio entre nosotros. Entonces, sin decir una palabra, nos adentramos en el agua oscura y fría del lago.

Las primeras gotas nos envolvieron, creando pequeñas ondas que se expandían en círculos concéntricos. El agua estaba fresca contra nuestra piel, pero no nos importaba. Estábamos demasiado absortos el uno en el otro, en la promesa de lo que estaba por venir.

Nos acercamos lentamente, cada paso llevándonos más cerca el uno al otro. Podía ver el destello de las estrellas en los ojos de Charles, su mirada llena de deseo y anticipación. Nos detuvimos a pocos centímetros de distancia, nuestros alientos mezclándose en el aire.

—¿Estás seguro de esto? —pregunté, buscando su consentimiento una vez más.

—Absolutamente —respondió Charles, su voz cargada de emoción y determinación.

Entonces, sin más preámbulos, nos fundimos en un beso apasionado. Fue como si el mundo se detuviera a nuestro alrededor, dejándonos atrapados en un torbellino de sensaciones y emociones. Mis labios se encontraron con los suyos en un baile ardiente y desenfrenado, cada beso más profundo que el anterior.

Nos aferramos el uno al otro con fuerza, como si temiéramos que el otro pudiera desaparecer si nos soltábamos. El agua del lago nos envolvía, enfriando nuestros cuerpos pero avivando el fuego de nuestra pasión. Nos besamos con una intensidad que no había experimentado nunca antes, dejándonos llevar por la corriente de emoción pura.

Cuando finalmente nos separamos, estábamos sin aliento, nuestros corazones latiendo en perfecta armonía. Nos miramos el uno al otro con una mezcla de asombro y admiración, sabiendo que acabábamos de compartir un momento increíblemente íntimo y poderoso.

—Eso... eso fue increíble —murmuró Charles, su voz apenas un susurro en la noche.

—Sí, lo fue —respondí, incapaz de contener la sonrisa que se extendía por mi rostro.

Nos quedamos allí por un momento más, simplemente disfrutando de la sensación de estar juntos. Luego, con una risa suave, nos dirigimos de regreso a la orilla, nuestras manos entrelazadas como si temiéramos perdernos el uno al otro en la oscuridad.

Una vez en tierra firme, nos quedamos de pie por un momento, contemplando el lago en silencio. Luego, Charles se volvió hacia mí, una chispa traviesa en sus ojos.

—¿Calos? —dijo—. cual es la maldicion que nos hubiera caido-pregunto-

me pare a mitad del camino acercandome a el, su rostro a centímetros del mío.

—Una maldición que nos habría condenado a no besarnos nunca más —susurre, antes de cerrar la distancia entre nosotros y capturar mis labios en otro beso apasionado.

Nos besamos con renovada urgencia, como si cada momento juntos fuera precioso y fugaz. El mundo a nuestro alrededor se desvaneció en la oscuridad, dejándonos a solas con nuestros deseos y nuestros sueños.

Finalmente, nos separamos, nuestras respiraciones entrecortadas y nuestros corazones latiendo al unísono. Nos miramos el uno al otro con una mezcla de satisfacción y asombro, conscientes de que acabábamos de compartir un momento que nunca olvidaríamos.

—Gracias por esta noche, Calos —dijo Charles, su voz llena de gratitud y amor.

—De nada, Charles. Ha sido un placer —respondí, devolviéndole la sonrisa.

Nos quedamos allí por un momento más, disfrutando del calor del otro y la belleza de la noche. Luego, tomados de la mano, nos dirigimos de regreso al carro.

 Luego, tomados de la mano, nos dirigimos de regreso al carro

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Entre Sueños y Realidades (Charlos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora