13 Rechazo

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Carlos

Decidí salir del trabajo temprano esa tarde. Había algo en el aire, una sensación de urgencia y determinación. Quería hacer algo especial para Charles, algo que demostrara lo mucho que significaba para mí. Al llegar a casa, el silencio me recibió. Caminé por la sala y subí las escaleras con cuidado, tratando de no hacer ruido. Al abrir la puerta de la habitación de Charles, lo vi dormido, su rostro en paz, ajeno a todo lo que lo había atormentado en el pasado.

Me quedé allí por un momento, simplemente observándolo. Había algo tan sereno y hermoso en su rostro cuando dormía, algo que me hacía querer protegerlo de todo lo malo del mundo. Decidí aprovechar el momento para preparar una cena especial, algo que mostrara mis sentimientos de una manera clara y sincera.

Bajé a la cocina y comencé a cocinar. Elegí sus platos favoritos, recordando las pequeñas conversaciones en las que me había mencionado sus gustos. Mientras cocinaba, puse una lista de reproducción suave, creando un ambiente acogedor y romántico. Quería que todo fuera perfecto. Los aromas llenaban la cocina: el aroma del ajo sofrito, el olor dulce del pan recién horneado y el inconfundible perfume del vino tinto.

A medida que los ingredientes se fusionaban y creaban platos que sabía que a Charles le encantarían, mi mente vagaba hacia los momentos que habíamos compartido. Recordaba cómo su sonrisa tímida iluminaba la habitación, cómo su risa ligera hacía que mi corazón latiera más rápido. Cada vez que estaba cerca de él, sentía una conexión profunda, una certeza de que él era alguien especial.

La mesa estaba puesta con elegancia, las velas encendidas parpadeaban suavemente, y el vino estaba listo para ser servido. Todo estaba preparado. Subí nuevamente para despertar a Charles.

Abrí la puerta con suavidad y me acerqué a la cama. Me senté a su lado y le acaricié el cabello suavemente, despertándolo con una sonrisa.

—Charles, despierta. Tengo una sorpresa para ti.

Él parpadeó, despertándose lentamente, y me miró con una expresión de curiosidad y sorpresa.

—¿Qué estás haciendo aquí tan temprano, Calos? —preguntó, su voz aún cargada de sueño.

—Quería hacer algo especial para ti. Ven, baja conmigo.

Lo ayudé a levantarse y lo guié hasta la sala, donde la mesa estaba preparada. Sus ojos se abrieron con asombro al ver todo dispuesto de manera tan cuidadosa.

—Esto es... increíble —dijo, con una sonrisa tímida—. ¿Todo esto es para mí?

—Sí, Charles. Todo es para ti. Quería demostrarte lo mucho que significas para mí.

Nos sentamos y comenzamos a cenar, disfrutando de la comida y la compañía. La conversación fluía con facilidad, y cada momento se sentía perfecto. Me sentía nervioso, mi corazón latía con fuerza en mi pecho. Cada vez que Charles sonreía, sentía una oleada de felicidad que me recorría. Finalmente, cuando los platos estuvieron vacíos y el vino casi terminado, supe que era el momento de hablar.

—Charles, hay algo que necesito decirte —comencé, tomando su mano suavemente—. Desde el momento en que te conocí, supe que había algo especial en ti. Cada día que paso contigo, mis sentimientos se hacen más fuertes. Me importas más de lo que puedo expresar con palabras. Charles, estoy enamorado de ti.

Sus ojos se llenaron de una mezcla de sorpresa y dolor, y retiró su mano lentamente.

—Calos, yo... no sé qué decir.

—Dime lo que sientes —le pedí, tratando de mantener la calma, aunque por dentro sentía como si me estuviera desmoronando.

Él suspiró profundamente, luchando por encontrar las palabras.

Entre Sueños y Realidades (Charlos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora