16 Checo

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El sol se filtraba a través de las cortinas, bañando la habitación con una luz cálida y dorada. Charles se despertó lentamente, su cuerpo aún resentido por el dolor, pero el ambiente tranquilo le brindaba una sensación de alivio. Al abrir los ojos, notó la figura de Carlos dormido en una silla junto a la cama. Exhausto pero sereno, Carlos había pasado la noche velando por él.

Charles se incorporó con cuidado, el dolor en su cabeza recordándole lo reciente de su herida. Miró a su alrededor; la habitación era acogedora y ordenada, con una decoración simple pero elegante. Las paredes pintadas en tonos cálidos y el suave rugido del viento fuera le daban un aire de paz.

Con una sonrisa débil, se dio cuenta de que estaba en la habitación de Carlos. Mientras observaba a Carlos dormir, suspiró pensando en lo que había pasado anoche. Sin hacer ruido, se inclinó para despertar a Carlos, tocándole el hombro suavemente.

Carlos abrió los ojos lentamente, parpadeando con sorpresa al ver a Charles despierto. Al ver la mirada de preocupación en sus ojos, Carlos sonrió y se acercó a Charles. Sin pensarlo, se inclinó y le dio un beso suave en los labios, un gesto lleno de ternura y afecto.

—Buenos días, Charles —dijo Carlos con una voz suave y cálida—. ¿Cómo te sientes?

Charles, sonrojado y sorprendido por el gesto, sonrió débilmente.

—Buenos días, Carlos. Me siento un poco mejor, gracias. ¿Qué hora es?

—Ya es bastante tarde. No quería molestarte antes —respondió Carlos, levantándose y estirándose—. Estuve pensando en preparar algo para el desayuno. ¿Te apetece algo en particular?

—Hot cakes suenan bien —dijo Charles, sintiéndose agradecido por el cuidado de Carlos.

Carlos asintió y se dirigió a la cocina, mientras Charles lo seguía con movimientos cuidadosos. La cocina era amplia y luminosa, con una vista que se extendía hacia un pequeño balcón lleno de plantas. Carlos comenzó a preparar los ingredientes para los hot cakes, moviéndose con habilidad entre los utensilios de cocina.

—¿Te importa si te pregunto algo? —dijo Carlos mientras batía la mezcla para los hot cakes—. Anoche, ¿qué estabas haciendo cerca de la piscina? ¿Cómo te lastimaste?

Charles, sorprendido por la pregunta, bajó la vista y comenzó a remover el azúcar de su café.

—Estaba... pensando. No me di cuenta de que estaba tan cerca de la piscina. Fue un accidente.

Carlos lo miró con preocupación, asintiendo lentamente.

—Entiendo. Bueno, lo importante es que estás aquí ahora y te vas a recuperar. —Carlos dejó los hot cakes en una sartén caliente y se volvió hacia Charles—. Quiero hablarte de alguien. Se llama Checo. Es un terapeuta con el que he trabajado antes. ¿Te importaría si viene hoy para darte una sesión de terapia? Creo que podría ser útil para ti, especialmente después de lo que has pasado.

Charles frunció el ceño, confundido pero interesado.

—¿Checo? ¿Qué tipo de terapia hace?

—Es un terapeuta especializado en ayudar a personas que han pasado por situaciones difíciles. Creo que podría ser útil para ti, especialmente después de lo que has pasado —explicó Carlos, sirviendo los hot cakes en un plato—. Pero si no te sientes cómodo, no hay problema. Solo quiero asegurarme de que estés bien.

Charles pensó por un momento, evaluando la propuesta. El dolor y la confusión aún eran frescos, pero la idea de recibir ayuda no le parecía mala.

—Está bien, si crees que podría ayudar, adelante. No tengo problema en que venga.

Entre Sueños y Realidades (Charlos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora