‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀

1.2K 109 2
                                    

La pareja decidió darse un baño juntos, buscando un momento de relajación y cercanía que ambos necesitaban. El baño estaba cálido, el vapor comenzaba a envolver el ambiente, creando una atmósfera íntima. Mientras empezaban a desnudarse, Gojo no pudo evitar que su mirada se detuviera en el torso de Geto, fijándose especialmente en la musculatura de sus pectorales, que parecían más prominentes que de costumbre. Una pausa silenciosa se apoderó del momento, como si el tiempo se ralentizara por la sorpresa que se reflejaba en el rostro de Gojo.

"¿Cuándo crecieron tanto?" preguntó Gojo, con una sonrisa pícara, rompiendo el silencio. Sus ojos aún recorrían admirativamente el físico de su pareja, notando cada detalle como si fuera la primera vez que lo veía.

Geto, acostumbrado a la actitud juguetona de Gojo, rió con complicidad mientras se pasaba una mano por el cabello. "Quizás he estado ejercitándome más de lo que crees, o quién sabe, tal vez es magia," respondió con una mezcla de broma y verdad, dejando entrever que había estado dedicando más tiempo a su entrenamiento físico.

Sin perder el ritmo, Gojo se acercó con esa sonrisa traviesa que lo caracterizaba, y sin pedir permiso, colocó sus manos sobre los pectorales de Geto, explorando suavemente la firme musculatura. Sus dedos recorrieron los contornos, casi como si estuviera comprobando si lo que veía era real.

"Vaya, parece que no me lo imaginé," murmuró Gojo, con una risa apenas contenida, claramente disfrutando del momento. El toque era juguetón, pero también había una admiración genuina detrás de sus gestos, algo que solo compartía con Suguru en esos momentos de intimidad.

Geto, entre risas y con los ojos brillando de diversión, decidió que era momento de terminar con el juego. "Ya, ya, demasiado toqueteo," dijo con una sonrisa, mientras alejaba con suavidad las manos curiosas de Gojo y le daba un pequeño golpe con la toalla, apartándolo de manera cómplice.

Gojo, fingiendo ofenderse, dio un paso atrás, pero la risa en sus ojos lo delataba. "¿Así tratas a alguien que solo está apreciando el arte?" bromeó, manteniendo el tono ligero mientras tomaba la toalla que Geto había usado para golpearlo.

El ambiente relajado y lleno de complicidad entre ambos continuó mientras se metían en el agua caliente. El sonido suave del agua y las risas compartidas se mezclaban, creando una escena de intimidad pura, donde las palabras sobraban y el cariño se expresaba en gestos simples, pero profundos. En ese baño, el mundo exterior dejaba de existir, y lo único que importaba era el instante que compartían, en el que el amor y la diversión se entrelazaban perfectamente.

                      𝗄𝖾𝖾𝗉   𝗆𝖾   𝗁𝖾𝗋𝖾.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora