Recientemente, Satoru había tomado una decisión: hacerse piercings en los pezones. Después de muchas dudas y una reflexión cuidadosa, se sintió impulsado por la emoción y la posibilidad de sorprender a su novio, Suguru. Aunque había tenido sus reservas, la determinación y la anticipación lo llevaron a dar el paso, disfrutando del proceso de elegir la joyería perfecta que acentuara su cuerpo. Su pecho, aunque no completamente plano y con un ligero volumen, contrastaba con los musculosos pectorales de Suguru.
El momento elegido para revelar su sorpresa llegó después de una larga y agotadora jornada de trabajo. Suguru, exhausto, se desplomó en el sofá, su cuerpo cansado pero su corazón anhelante por recibir el cariño de su pareja. Satoru, con una sonrisa juguetona y el brillo de la anticipación en sus ojos, se acercó a él. La tensión en el aire era palpable; los dos compartían un vínculo que iba más allá de las palabras. Mientras Suguru estiraba los brazos para atraer a Satoru hacia él, este, en un gesto travieso, colocó un dedo en los labios de su novio, pidiéndole silencio.
"Tengo una sorpresa para ti," anunció, su voz llena de expectativa y picardía.
Suguru, intrigado por la misteriosa promesa, observó con atención mientras Satoru se levantaba con un aire de teatralidad deliberada. Lo último que podía imaginar era lo que estaba a punto de ver. Con movimientos lentos y cuidadosamente calculados, Satoru comenzó a desabrocharse la camisa. La tela se deslizaba lentamente, revelando su piel pálida y tonificada. Cuando finalmente se apartó la tela, los nuevos piercings en sus pezones brillaron a la luz tenue de la habitación.
El rostro de Suguru pasó rápidamente por una serie de emociones que reflejaban su sorpresa y admiración. Primero, sus ojos se abrieron con asombro; luego, una sonrisa se dibujó en sus labios, iluminando su rostro. Su boca se abrió ligeramente, atónito por la revelación, pero no parecía incómodo en absoluto. En cambio, lo encontró increíblemente sexy, como si Satoru hubiera desatado una nueva faceta de sí mismo que lo hacía aún más irresistible.
La habitación se llenó de una excitación palpable mientras Suguru contemplaba los adornos brillantes en el pecho de Satoru, sintiendo que cada piercing contaba una historia de audacia y vulnerabilidad. Sin decir una palabra, se inclinó hacia adelante, dejando que su admiración se tradujera en acción. Con una sonrisa encantada, comenzó a besar cada uno de los piercings con ternura, sus labios suaves tocando la piel de Satoru con un cuidado reverente. Suguru disfrutó cada momento de ese gesto íntimo, apreció la sorpresa que Satoru había preparado solo para él, sintiendo cómo su conexión se profundizaba en ese instante.
La calidez de los besos y el roce de sus cuerpos llenaron la habitación de una energía que parecía vibrar con la promesa de lo que estaba por venir. Suguru se tomó su tiempo, dedicando atención a cada beso, cada caricia, como si estuviera desentrañando un regalo cuidadosamente envuelto. Satoru, atrapado entre la sorpresa y la emoción, se sentía cada vez más vivo bajo la devoción de su novio.
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𝗄𝖾𝖾𝗉 𝗆𝖾 𝗁𝖾𝗋𝖾.
Fanfictionestoy sobre mis rodillas, pidiendo que por favor me enseñes tu mundo. ☆: smut.