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Después de aquel beso, muchas cosas cambiaron en la rutina de ambos

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Después de aquel beso, muchas cosas cambiaron en la rutina de ambos. Suguru ahora esperaba con tranquilidad en el café, observando cómo Satoru terminaba su turno. El ambiente era acogedor, con el murmullo de los clientes y el aroma del café flotando en el aire. Suguru lo miraba con paciencia, disfrutando de la calma antes de que el albino se acercara a él con su habitual sonrisa brillante.

-¿Terminaste ya? -preguntó Suguru, con una mezcla de curiosidad y anticipación en su voz.

-Sí, todo listo por hoy -respondió Satoru, dejando la bandeja con algunos utensilios en una mesa cercana-. ¿Qué tal tu día?

Suguru sonrió, sintiéndose relajado en la compañía del menor. Desde aquel primer beso, su relación había crecido de manera natural, y cada día descubrían más el uno del otro.

-Mi día ha sido bueno, pero estoy más interesado en saber cómo te fue a ti -dijo Suguru con amabilidad.

Satoru se sentó frente a él, jugueteando con un lápiz. -Ha sido un día ocupado, como siempre, pero nada que no pueda manejar.

La conversación fluyó con naturalidad mientras el día se iba desvaneciendo. Hablaron de lo trivial y de lo importante, compartiendo tanto sueños como pequeños detalles cotidianos. Con cada palabra, Suguru sentía cómo se fortalecía el vínculo entre ambos.

Cuando el local comenzó a cerrar, Suguru miró a Satoru con seriedad. -¿Podemos hablar afuera un momento?

Satoru asintió, percibiendo la importancia del tono de Suguru. Salieron del café, dejando atrás el bullicio de la tarde. Una vez afuera, Suguru tomó suavemente la mano de Satoru, buscando su mirada con determinación.

-Satoru, quiero que sepas que... después de todo lo que hemos vivido, siento que hay algo muy especial entre nosotros. Algo que quiero explorar más -dijo Suguru, sus palabras llenas de sinceridad.

Satoru lo escuchaba con atención, su corazón latiendo con fuerza. -Yo también siento lo mismo, Suguru. Ha sido increíble estar contigo, y...

Antes de que pudiera terminar, Suguru cerró la distancia entre ellos, besándolo suavemente. Fue un beso lleno de significado, sellando la conexión que ambos habían construido. El mundo alrededor desapareció mientras se perdían en ese momento.

Cuando se separaron, Suguru acarició la mejilla de Satoru con ternura. -Entonces, ¿qué dices? ¿Quieres ser mi pareja oficialmente?

Satoru rió suavemente, con los ojos brillando de felicidad. -Por supuesto, Suguru. No hay nada que desee más.

Se abrazaron con fuerza, sintiendo la seguridad y la alegría de haber encontrado el amor en el lugar menos esperado.

                      𝗄𝖾𝖾𝗉   𝗆𝖾   𝗁𝖾𝗋𝖾.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora