Suguru estaba entusiasmado, explicando con pasión un tema que le fascinaba. "El entrelazamiento cuántico, por ejemplo, es un fenómeno sorprendente. Dos partículas, sin importar la distancia que las separe, permanecen conectadas de tal manera que lo que le sucede a una, inmediatamente afecta a la otra. Es como si estuvieran unidas por un hilo invisible. Esto desafía nuestra comprensión clásica del tiempo y el espacio."
Satoru, por otro lado, no parecía compartir el mismo entusiasmo científico. Aunque sus ojos estaban puestos en Suguru, su mente claramente vagaba por otro lado. El movimiento de sus labios mientras hablaba captaba toda su atención, y no se había dado cuenta de que Suguru había hecho una pausa.
"Satoru, ¿estás prestando atención?" preguntó Suguru, notando cómo la mirada de su compañero no estaba en sus palabras sino en sus labios.
Satoru parpadeó rápidamente, sacudido de su ensoñación. "Ah, sí, claro. Estoy siguiendo todo."
Suguru levantó una ceja, incrédulo. "¿Ah sí? Entonces, ¿podrías repetir lo último que dije?"
Satoru se aclaró la garganta, intentando ganar algo de tiempo mientras buscaba desesperadamente recordar algo de la charla de Suguru. "Mencionaste... algo sobre el entrelazamiento cuántico y cómo dos partículas pueden estar conectadas a través de distancias... sin importar cuán lejos estén... ¿no?"
Suguru lo observó detenidamente, tratando de mantener una expresión neutral, pero había una chispa de diversión en sus ojos. "Bueno, al menos captaste la idea básica. Aunque olvidaste mencionar cómo este fenómeno es clave para las futuras tecnologías de comunicación cuántica y criptografía." Suguru sonrió ligeramente antes de continuar. "Pero eso no explica por qué me pediste ayuda. Claramente sabes de lo que hablas."
Satoru intentó ocultar su nerviosismo tras una sonrisa torcida, pero su rubor lo traicionó. "Bueno, necesitaba repasar, ya sabes..."
Suguru inclinó la cabeza, sin dejar de mirarlo, cada vez más escéptico. "Repasar, ¿eh? Entonces, ¿por qué estás mirando mis labios en lugar de prestar atención al tema?"
El sonrojo de Satoru se profundizó, y las palabras se atascaron en su garganta. "Yo... no es que estuviera..."
Suguru soltó una risa suave, sacudiendo la cabeza. "Satoru, eres terrible disimulando. Es bastante obvio lo que está pasando aquí." Hizo una pausa, mirando directamente a los ojos de su amigo. "No necesitas una excusa para pasar tiempo conmigo, ya sabes."
Satoru abrió la boca para responder, pero no encontró palabras. Suguru, siempre tan sereno, era difícil de leer, pero en ese momento, había algo diferente en su tono, algo que hizo que el corazón de Satoru latiera aún más rápido.
"Lo admito, me encanta que te intereses por temas que me apasionan," continuó Suguru, suavizando su mirada. "Pero si querías estar cerca de mí, solo tenías que decirlo."
"Yo... no sabía cómo hacerlo," confesó finalmente Satoru, bajando la mirada. La verdad se le escapaba en un susurro, algo que raramente hacía.
"Bueno, ahora lo sabes," dijo Suguru, con una sonrisa que desarmó cualquier barrera que Satoru pudiera haber tenido. Sin darle más tiempo para pensar, Suguru deslizó la mesa entre ellos a un lado y se acercó de repente, rompiendo la distancia que los separaba.
Satoru apenas tuvo tiempo de procesar lo que estaba sucediendo antes de sentir los labios de Suguru sobre los suyos. Fue un beso suave, casi cauteloso al principio, pero pronto se volvió más intenso, cargado de todo lo que habían callado hasta ese momento. Las manos de Satoru encontraron el camino hacia la nuca de Suguru, mientras este lo empujaba suavemente hacia el suelo, sin dejar de besarlo.
El tiempo pareció detenerse mientras la conexión entre ellos se hacía más tangible, más real. Ninguno de los dos tenía prisa, disfrutando del momento en el que finalmente, después de tantas miradas furtivas y excusas, se encontraban el uno al otro de manera plena.
Cuando el beso terminó, ambos permanecieron allí, respirando con rapidez, sonriendo tímidamente como si de repente todo hubiera cobrado sentido.
"Debo decir, esto es mucho más interesante que la física cuántica," murmuró Satoru con una risa suave, mientras se acomodaba debajo de Suguru.
Suguru soltó una risa. "Bueno, si lo que querías era mi atención completa, lo has conseguido."
"Espero que sea mutuo," replicó Satoru, todavía un poco abrumado por lo que acababa de suceder.
"Más de lo que imaginas," respondió Suguru, inclinándose para darle un beso más suave esta vez, como una promesa de lo que estaba por venir.
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𝗄𝖾𝖾𝗉 𝗆𝖾 𝗁𝖾𝗋𝖾.
Fanfictionestoy sobre mis rodillas, pidiendo que por favor me enseñes tu mundo. ☆: smut.