¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— Gustabo, ¿Tú tuviste alguna vez a alguien de confianza? — Habló un chico de pelo negro con un corazón en su cabellera.
Gustabo solo miro por la ventana, ¿Tuvo a alguien de confianza alguna vez?, No, todos eran unos mentirosos y traidores.
— No.— Respondió Gustabo mientras agarraba su móvil y entraba a Twitter.
— ¿No?, Tipo algo así como a alguien a quién confiarle cosas, decirle cosas íntimas y cosas así tete.—
Deslizaba su dedo por la pantalla de Twitter, mientras hacía un sonoro "Mh" de forma negativa.
— Coño, pues yo sí.— Isidoro dijo con una pequeña sonrisa y un tono alegre.
— ¿Sí?— Gustabo le siguió el juego, ¿Pues qué más podía hacer?
— Sí, se llamaba Cano.— Respondió Isidoro.
— Cano eh.— Gustabo seguía mirando su móvil, esta vez, entrando a Galería.
¿En verdad tenia a alguien de confianza?
《 No. 》
¿Siempre tuvo aquel pensamiento sobre los seres humanos?, Sí, todos mentían y te traicionaban.
—¡Gustabo!— Una voz de mujer, dulce, suave pero qué desprendía peligro escucho.
— ¡Gustabo!— Está vez, una voz aguda, divertida y alegre lo llamo.
— ¡Gustabo!— Isidoro había parado el coche tras no recibir respuesta del rubio tras 4 llamadas.
— ¿Dime dime?— El rubio salio de su trance y miro al de corazón.
— Qué estás muy ido tete, ¿Estás bien?— Isidoro lo inspeccionó, Gustabo sabía qué Gonzalito estaba allí por la misión de ambos, pero, ¿En verdad el se preocupaba por él?
— De puta madre, estoy para atrapar a 10 malandros.— Dijo Gustabo tratando de desviar el tema.
La verdad era qué no, ¿Pero podía permitirse decírselo?, No, no podía.
— Te decía, qué he conocido a una nueva chica.— Isidoro cambió de rumbo a comisaría.
— Cuando no tú de planchabragas Isidoro.— El rubio negó fingiendo decepción, la verdad estaba acostumbrado.
— Qué no, que no, qué está es diferente.— Dijo él de pelo negro.
Gustabo solo guardo su móvil y miro las alertas, ninguna interesante o ya estaban atendidas, el aparte de qué ya iba a ser la tormenta.
— Es una chica muy amable pero peligrosa a la vez tete, ¡Es rica!, tiene una mansión, uf de locos.— Isidoro decía entre risas.
— Venga, pues capaz y ella es buena opción, al menos tiene plata coño.— Dijo el rubio.
