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Quién creería que aquel SubInspector estaría casado?, Nadie, nadie lo creería.
Nadie creería que aquel chico amable y levemente coqueto, estaría casado.
Si DeSanti nunca pensó eso, ¿Quién lo pensaría?
Así que allí se encontraba ahora mismo aquel castaño de ojos negros, e el Gym junto a lla chica que le pidió una cita, Corina.
Se la estaba pasando bien, no lo negaría, esa chica era alegre, divertida e incluso un poco linda, pero no era su gusto.
Su gusto era un rubio platinado, de ojos azules, piel blanca bronceada, carácter alegre y amable, sonrisa brillante, Inspector Jefe, se tenía que llamar si o sí Gustabo Garcia.
— Gordon, ¿Te puedo decir algo? — Corina le saco de sus pensamientos, haciendo qué le mirase.
— Adelante.— Sonrió, no sabía en qué momento las personas con las que estaban hablando se fueron, ahora, ambos estaban en la arena, en la playa cerca del gym.
— Sabes, desde qué te conocí, sentí esa... Conexión hacia ti.— Tiriteando levemente, Corina cada vez estaba más roja.
El castaño miró el sol, quien se estaba ocultando, dejando un hermoso cielo con leves colores rosas, morados y azules, junto a el sol reflejado en el mar.
— Yo... Me gustas.— Corina termino, viendo aquellos ojos negros y la cara del morocho, sus labios.
Formó una sonrisa y miro a la sonrojada Corina, quien sus esperanzas de ser correspondida aumentaron.
Pues, ¿Como no querría estar con ella?, se notaba de lejos como el hombre trataba de conquistarla, Como sonreía cada qué estaba con ella.
Dejando de lado que ella era una mujer preciosa.
— Mira Corina... Eres una mujer preciosa, divina y agradable, pero no me gustas y no podemos estar juntos, tú eres una criminal, y yo, yo soy un policía. — Ante aquellas palabras, Corina bajo su mirada hacia la arena, viendo en aquel momento el anillo que tenía aquel hombre.
— ¿Estás... Casado? — La pregunta dejó sorprendido a Gordon, quién le miró, viendo como esta miraba su anillo. — ¿Es por eso que no me correspondes? —
— Correcto.— Gordon le so río y asintio.
— ¿Quién es la afortunada? — Con su voz entrecortada, Corina pregunto.
— No es afortunada, es afortunado.— De repente, un rubio de ojos azules como el mar apareció, agarrando de la cadera al castaño.
Los ojos azules del rubio vieron de arriba a abajo a la mujer, quien estaba sorprendida. — Gus, ¿No te pedí que me esperaras en el auto? — El tono de Gordon cambio a uno más dulce, ignorando completamente la existencia de la mujer.
— Se hacía tarde y tenemos que estar en el restaurante a las 9:20, y son las 8:59 Gordis.— Respondió Gustavo dirigiendo con su brazo en la cintura de su pareja hacia el auto, que estaba allí nomas.
Se escucho la risita de Gordon, luego vio como el castaño se subió al Ferrari de el mismo, y Observo por última vez como el rubio le miró miró sus ojos Azules fríos, le sacó la lengua y sonrió victorioso, como un niño presumiendo su dulce, y ese dulce era Gordon.
Y desde allí, Corina vio como el amor de su vida, quien creyó que la amaba, lo vio irse en el vehículo que ella lo acompaño para que lo comprase, lo vio irse de copiloto, y su piloto no era más y nada menos que el poli demonio de Gustavo Garcia.
Los vio irse, los vio ser, como un matrimonio feliz.
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Que no se note que mi barquito favorito es el Gortabo.🙊
Pdt: Tengo el teléfono jodido, pero pidan OS joputas, estoy aburridisima.😔
