CAPÍTULO 22. ¿Traductor?

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EDAM.

—Esta es nuestra casa, preciosa—se lo digo viéndola y puedo ver su cara de confusión, mira a su alrededor y seguro piensa que está vacía no hay ninguna pared, nada—la diseñaremos nosotros por dentro.

Ah, la escucho decir, y sus ojos se abren de par en par y me mira, seguro está maldiciendo ya la conozco los suficiente.

—¿Nosotros?—habla señalándose a ella y a mí.

—Si, preciosa, nosotros—asiente como que pérdida, miro como jala su suéter de la mano derecha cubriéndose.

—Esta casa tiene un sistema inteligente que solo se activa con sus dueños, o sea ustedes, podemos pasar a ver los siguientes pisos pero estan iguales, pasemos mejor a la parte de atrás, seguro que le encantará—indica Susana la mujer que me ha estada ayudando desde ayer en la noche, ella me mando fotos y ideas por mi célular.

Alicia sale primero y ve que a unos cien metros de nuestra casa está la playa, no le presta atención a la hermosa piscina, ni al lugar para hacer parrilladas, corre a la playa, se que le gusta un montón y por eso busqué una casa que tuviera una playa privada y la encontré,
veo como se saca sus zapatillas y toca el mar y sonríe.

—¿Te gusta?—pregunto a la de atrás, paso mis manos por su cintura y pongo mi mentón en su hombro.

—Si, me encanta—dice feliz, moviendo su pie, se da la vuelta y queda a centímetros de mi, tengo mis mano aún en su cintura y sus mano están en sus hombros.

Me abraza y su abrazo es cálido y familiar, huele tan bien que no quiero separarme, pero lo que me dijo la señora Susana me tiene pensando.

—Déjame ver tu mano—ella se separa y me ve—¿Dónde te lastimaste?—ella me mira sorprendida y yo tomo su mano para ver, su venda es nueva, por lo que me supo decir Susana ella la había cambiado—¿Por qué eres tan enojona?¿Por qué no solo me dijiste que te abriera la botella de agua?

Ella me mira y yo no siento su mejilla y suspira molesta, ya se enojó

—Porque no sueltas el maldito celular—si no maldice en una de sus frases no es ella.

—¿Estabas celosa?

Ella abre los ojos como platos y ríe nerviosa, sus mejillas se sonrojan y se mira tierna.

—No, por qué debería—yo la aprieto más contra mí, bajando mis manos a sus caderas.

—¿Entonces, por qué no me pediste ayuda a mí?

Ella es más bajita que yo y tengo que agacharme para verla.

—Porque te veías ocupado y no quise molestarte.

La miro dulcemente y Dios está mujer me tiene mal, se mira hermosa tan sonrojada hasta la nariz.

—Tú nunca serías una molestia—ella solo se sonroja más.

—No digas eso.

—¿Por qué?

Ella se lo piensa y dice.

—Porque me pones nerviosa—dice nerviosa, su voz tiembla un poco y sonrió.

—Tú también me pones nervioso.

Ella se apega más a mí y yo no me quejo, cierro mis ojos, nuestros labios rozan, pero el grito de Alicia para todo, mierda.

—¡Ay, mierda, carajo, mi pie!—se soltó de mí y yo la solté, ella se toca el tobillo y yo me agache para ver su pie, es tan pequeño que me causa ternura, ella se queja y yo me rio de la situación, carcajadas de mi parte salen y ella me mira mal—¿Por qué mierda te ríes?

MENTIRAS LACERANTES. ( BORRADOR)[+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora