MENTIRAS LACERANTES. ( BORRADOR)[+18]

CAPÍTULO 8. Cero dignidad

EDAM.

Sentí como alguien movía mi hombro, era la azafata.

—Señor estamos a punto de aterrizar.

—Si, gracias.

Alicia seguía dormida, arrimada a mi hombro, dormía profundamente, quisiera estar así toda la vida.

Sentí que se movía un poco cayendo hacia delante, levantándose asustada.

—¡Ay!, mierda, mi cabeza.
Ya llegamos Edam, tan rápido.

—Si ya llegamos Alicia—no se había dado cuenta que dormimos uno a lado del otro.

Aterrizó el avión y bajamos, Max tomó a Alicia de la mano y se la llevó y yo bajé detrás de Lisa, veía como Alicia se sonrojaba cuando Max le indico algo en su celular. Está haciendo un calor horrible, me pongo mis gafas de sol, aquí eran las dos y algo de la tarde, un carro, esperaba por nosotros de ahí salió una niña muy conocida era Mía la amiga de Alicia, desde que tengo memoria siempre se han llevado bien.

Recuerdo cuando jugaban en el jardín y ese día que hable con Mía por primera vez.

Estaba observando desde mi ventana como una niña jugaba con mi vecina, esa niña era tan bonita.

—Edam, amor—mi mamá me llamó y baja donde ella.

—¿Qué pasó mamá?

—¿Quieres ir a jugar con Mía, la vecina y su amiguita?

Mi mamá estaba cocinando, junto con mi padre.

—Si.

Me sonrió dulcemente, acariciando mi mejilla.

—Regresas a cenar anda con cuidado.

Salí de la casa emocionado, por ir a jugar con ellas, al llegar me recibió, una señora muy bonita, su melena negra lacia, bajaba por sus hombros.

—Hola, eres Edam ¿No?

Asentí con nerviosismo, dejándome pasar.

—Sigue, en el patio están las niñas.

Sali afuera al patio y vi a Mía y a la niña de a lado, alzo la mirada viendo sus ojos azules, me hipnotizaron dejando sin aliento a un niño de tan solo diez años. Me cautivo todo de ella.

—¡Hola!, mi nombre es Mía, es igual al de mi mamá y abuelita y ¿Tu como te llamas?

—Mi nombre es Edam.

—¿Por qué?

Mía pregunto curiosa.

—Porque, solo es Edam.

La niña bonita se acercó, donde estamos nosotros.

—Mi nombre es Alicia—me dijo extendiendo su mano, la tome así saludándola.

Después de eso comenzamos a jugar con la saltarina y las bicicletas, observaba a Alicia jugando, pegue un salto al sentir la mano de alguien en mi hombro.

—Es bonita—dijo la señora de rato.

—Si y es mi amiga.

Pegue otro salto cuando Mia estaba a mí lado.

—Esta colado por ella, a que si Edam.

Intenté negar pero Mía seguía insistiendo.

—Si, si estás colado por ella.