Príncipe Mestizo.
Pocionista.
Temido profesor del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.
Espía.
Mortifago.
Traidor.
Enemigo.
Quejicus.
Amigo.
Padrino.
Sev.
Eran algunos de los títulos que hacían referencia a Severus Snape. Unos los obtuvo de la creatividad de sus alumnos y otros fueron otorgados por distintas personas que conoció en el transcurso de su vida. Sin embargo, había dos títulos que no todos conocían.
Severus caminó por los oscuros pasillos con pasos de pluma, estaba en búsqueda de aquellos estudiantes que se creían lo suficientemente listos como para escapar de sus habitaciones después del toque de queda. Giró hacia la derecha e ingresó al pasillo que daba a la torre de astronomía.
A mitad del pasillo se detuvo cuando sus oídos captaron un ruido, movió su cabeza a ambos lados para intentar encontrar el origen. De manera rápida subió el brazo derecho y con su mano agarró el vacío, tiró con fuerza y una especie de tela oscura se materializó en su mano.
Subió la cabeza y se encontró con un joven de cabellos alborotados de brillantes ojos color verde que eran enmarcados con finos marcos de unas gafas. El profesor arqueo la ceja al ver la expresión asustada en el rostro del estudiante.
—Vaya, Joven Gaunt. Había pensado que estás conductas sólo eran admisibles en sus primeros años, pero que tenga este comportamiento en su quinto año, es vergonzoso — dijo el hombre con una voz plana. El joven bajó la cabeza mostrando arrepentimiento por su comportamiento.
—Me disculpó, profesor —
Severus observó en silencio al joven por unos cuantos segundos, y después soltó un suspiro.
—¿A dónde creías que ibas a media noche, Harry?— preguntó en un tono dulce mientras comenzaba a doblar la tela.
Al escuchar la pregunta, Harry bajó aún más la cabeza hasta casi enterrar su barbilla contra su pecho. Sin embargo, Snape pudo ver con claridad como las puntas de las orejas se tornaban rojas.
—Eh... Iba... Iba a la torre de astronomía— respondió el joven con un murmullo que debido a su postura el profesor no pudo escuchar.
—Disculpe, no lo he escuchado. Puede elevar la cabeza y hablar en voz alta, por favor — solicito de manera amable.
Con reticencia, Harry levantó la cabeza y miró directamente a los oscuros ojos de su papá.
— Iba a la torre de astronomía, papá
—¿Y cual es la razón por la que debas ir a la torre de astronomía después del toque de queda y cubierto por una capa de invisibilidad?
Aunque sus mejillas se calentaron, Harry no bajó la mirada. Eso sería contraproducente.
—Me iba a encontrar con alguien.
Snape frunció ante la respuesta. No poseía conocimiento alguno de que su hijo estuviese conociendo a alguien o que tuviese encuentros consensuados a altas horas de la noche. Aún así, debía aceptar que el patrón de conducta de Harry había sido levemente modificado en las últimas semanas.
¿Pero por qué?
¿Quién lo ocasionó?
A no ser...
—¿Esto tiene algo que ver con la inesperada tregua que Draco y tú formaron?— preguntó directa y tajantemente provocando que su hijo comenzará a boquear de la sorpresa.— Tomaré tu reacción como un sí. De acuerdo, haré como si esto no hubiera pasado— Severus contuvo una sonrisa al ver los ilusionados ojos de su hijo. En algunas ocasiones se mortificaba que Harry sea tan Gryffindor — Pero tu capa de invisibilidad queda confirmada hasta las vacaciones de verano, esto porque usar artefactos mágicos dentro del castillo va en contra de las reglas — le regaló una suave sonrisa cuando la expresión del joven se derritió hasta formar una expresión de tristeza.
—Pero, papá...
—Nada de peros, Harrison, debes ser responsable de las consecuencias de tus decisiones— resaltó con voz filosa, usaba ese tono cuando quería dejar claro su punto y no había manera de rebatir.
El joven solo asintió la cabeza, aceptando el castigo.
—Además, hijo— Harry subió la cabeza — Puede ser que no reporte este suceso, pero la gata de Filch está rondando por ahí y puede que te encuentre si te quedas aquí. Por tanto, de ser tú, me apresuraria en llegar a la torre de astrología— soltó antes de darse la vuelta y seguir su recorrido por los pasillos.
En cambio, Harry abrió la boca y su rostro palideció .
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Severus movió su cuello en círculos al entrar en su habitación, después de sus cotidianas rondas se sentía sumamente cansado pero hoy no tenía ganas de dormir solo.
Se acercó a la chimenea y tomó con su mano izquierda un puñado de polvos Flu que descansaba sobre una mesita a un lado.
—¡Mansión Gaunt!— gritó y en unos pocos segundos fue tragado por las llamas de color verde.
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Sentado en la sala principal en compañía de un agradable fuego y cómodamente vestido con una pijama de seda negra se encontraba Sorvolo Gaunt, estaba leyendo algunos documentos de inversión que requerían su atención. Sorvolo subió la cabeza al ver como la chimenea se iluminaba de un vivaz color verde y de sus entrañas salía elegantemente caminando un hombre vestido completamente de negro.
—Bienvenido a casa, Severus— saludó mientras dejaba los pergaminos sobre la superficie de la mesa ratonera y se ponía de pie.
Severus se acercó a pasos rápidos y lo rodeó con sus brazos. El otro hombre se sorprendió por el repentino gesto de parte de su esposo.
—¿Qué ocurre, amor?— preguntó Sorvolo después de envolver sus brazos alrededor de los hombres de Severus. Bajó la cabeza al escucharlo hablar en contra de su pecho — No puedo escucharte, puedes hablar en voz alta, amor — movió sus brazos y subió la cabeza de su esposo para que lo vea directamente a los ojos.
—¿Sabías que tú hijo tiene pareja?
Sorvolo lo observó y parpadeó dos veces, tratando de procesar la información.
Muchas personas que escuchaban hablar de esos títulos identificaban con rapidez quien era el dueño de esa gran fama.
Pero... ¿Quién habría escuchado de los títulos de padre o esposo? ¿Alguien?
¿Seguimos hablando de la misma persona?
¿Te refieres a Severus Snape?
No lo sé, es un secreto.
Shh
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El secreto de Severus Snape
FanfictionSeverus Snape. Pocionista . Temido profesor del Colegio de Hogwarts de magia y hechicería . Espía. Mortifago. Padrino. Amigo. Quejicus. Sev. Severus Snape tenía muchos títulos, buenos o malos, eran demasiados para recordarlos. Algunos fueron puestos...