Segundo libro de Inmune.
"Te protegeré, aunque eso signifique mancharme las manos de sangre."
- Leo vuelve a recordar todo su pasado y quien es en verdad. Ahora tiene la clara responsabilidad sobre sus hombros sobre cual es su papel y de cuidar aque...
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POV’s Leo
Cuando abrí los ojos me encontré con el techo de mi habitación. No me moví. Sólo observé el tenue color naranja que alumbraba de mi lámpara, como también, escuchando el goteo contra la ventana por un buen rato. El cuerpo lo sentía pesado como mi cabeza. Ni siquiera podía moverme porque me mareaba al segundo y me costaba mucho trabajo mover alguna extremidad. Como si tuviera una gripe. Por lo que simplemente, me quedé quieta.
Si no fuera por el dolor, juraría que todo lo que pasó fue un sueño. Cerré los ojos para poder descansar un poco más pero al oír el golpeteo de la puerta, los abrí mirando quién era quién picó.
Me sorprendí bastante al ver a Derek entrar. Tenía una cara magullada como vendado por el torso y parte de su hombro.
-Has despertado - soltó emocionado.
El se acercó al lado de la cama, hasta sentarse con cuidado en el borde, agarró mi mano e inmediatamente sentí un alivio en todo mi cuerpo, pero al escuchar su quejido miré nuestras manos y más las suyas que tenían esas venas negras que mostraban que estaba tomando de mi dolor por lo que aleje mi mano rápidamente .
-Cómo te encuentras? - me preguntó mirándome con preocupación y los ojos brillosos, cosa que me contagió a mí también.
-Como si un camión me pasará por encima - admití y sonreímos un poco. Sentí mi garganta seca.
-Es algo al menos - admitió suspirando dejando de verme -. Me alegra que despertarás, me tenías bien preocupado. A todos más bien.
-Cómo están?
-Bien. Los lobos, todos, fueron atendidos por la pareja de vampiros, aunque después de curarse por sí solos, excepto uno. Le esta costando bastante.
-Jacob - recordé cuando lo vi muy mal que estaba. Intenté levantarme pero Derek me volvió a tumbarme en la cama -. Dejame, tengo que sanarlo y…
-No, tienes que quedarte en cama. Él está durmiendo de todos modos Leo. Dejalo descansar, ha estado aquí durante todo el día a duras penas hemos conseguido que se dejara curar y que se acostara en el sofa - murmuró por lo que me rendí -. Deberías ser más responsable con lo que haces.
-¿Me vas a dar la charla ahora? - alce las cejas y él sonrió divertido.
-Debería, si, pero será para otro momento, te dejaré así como castigo - palmeó mi mano pero la apartó al segundo.
- ¿Tú estás bien? - intenté cambiar de tema mirando su mal aspecto.
-Estoy acostumbrado, esto no es lo peor que me ha pasado y lo sabes - asentí con la cabeza dándole la razón mirando su cuerpo que tenía ciertas quemaduras curadas, al menos no del todo como sus heridas -. Ya sanaré.
-Puedo cambiar eso - murmuré.
Me miró confuso por un momento, pero cuando alce mi mano a su dirección el la miró hasta que colocó su mano sobre la mía la cual ya se encontraba con los dedos negros. Al estar nuestras manos en contacto, su brazo empezó a tener aquellas marcas negras que subían por su brazo hasta su cuello poniendo una expresión de dolor y la mía, empezó a brillar en medio de nuestras manos. El intento quitar la mano pero la agarre con fuerza para que no la quitará.
