- Treinta uno -

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POV's Jacob.

Estos dos días fueron los más agotadores como felices después de mucho tiempo. Veía como mis hermanos estaban más relajados y felices desde que Leo pisaba la reserva, casi olvidando el hecho de que desapareció y el secuestro de aquellas chicas. Aunque Sam se ponía en contacto con el padre de Bella, ellos no tenían nada. Menos nosotros, por lo que era imposible saber si era verdad que venían a por Leo. Ella y yo, al final de todo tuvimos que explicar lo que pasó realmente, omitiendo que Lyall era aquel ser para no asustarlos más cuando él estuviera presente.

El primer día, deje a Leo en casa de Emily mientras Sam, Jared, Quil y yo fuimos a la presunta montaña donde el resto que estaba en casa de Leo vieron unas extrañas nubes oscuras rodeandolas. Lo que encontramos no fue gran cosa. Había sangre de Leo, no había duda de que estuvo ahí, pero lo más extraño fue que no había nada extraño. No había ni tierra levantada ni ningún indicio de pelea en esa zona. Por lo que decidimos dejarlo para otra ocasión, aunque dudo que encontremos algo nuevo si volvemos. Si Lyall era lo bastante inteligente como aparenta ser, borró todo rastro de lo que pudo pasar aquí. Eso implica que había algo mas, lo presentia.

Después de aquello, me enteré que a Leo le urgía mucho ir a mi casa. Paul fue quien la llevó y se quedó afuera para hacer guardia. Cuando yo entre me quede flipando. Me la encontre en el suelo de mi habitación, con una coleta en alto y con ropa corta con el frio que hacia, tenia en frente un arco de cartas del revés menos tres que tenía en frente y detrás de ella, había figuras de mujeres rodeándola y algo curvadas mientras observaban como ella escribía con rapidez. Pude distinguir a Nakomi entre ellas, que estaba de rodillas a su lado mientras le hablaba en voz baja. Cuando todas notaron mi presencia se esfumaron y Leo, dejo de escribir. Cuando me miro, pude ver el asombro en sus ojos como el miedo plasmado, cosa que me preocupo.

-¿Estás bien? - le pregunté y ella solo pudo asentir con la cabeza mirando después todo lo que tenía delante.

-Lo siento por hacer estas cosas en tu casa - rápidamente empezó a recoger todo con torpeza por lo que me agache y le agarre de las manos para que se detuviera un segundo. Cuando al fin se calmó me pudo mirar, le sonreí.

-Estás en tu casa Leo, puedes hacer lo que quieras. ¿Te ayudo a recoger? - solo asintió con la cabeza y con mas calma, entre los dos empezamos a recoger y tener una charla amena sobre lo que hice, pero cuando le preguntaba lo que ella estaba haciendo, lo esquivaba con otras preguntas y diciendome que no podía decir nada, al menos no aun.

El segundo dia, mi padre organizo una fogata. Obviamente, sus hermanos fueron invitados como parte de la manada. Leo pudo encargarse de su hermano Derek junto con Emily para que les ayudará en la cocina, ahí nos pudimos dar cuenta que la afición de hacer pasteles de chocolates fue gracias a él de cómo era realmente. Más de uno, incluido yo, pudimos darnos cuenta que Leo tenía un poder extraño sobre él ya que podía sacarles sonrisas genuinas y ser mas amable y cálido. Hasta Emily nos reprendió por mal pensar de él, cuando solo cuidaba de su hermana pequeña.

Inmune: Chaman | Jacob BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora