Segundo libro de Inmune.
"Te protegeré, aunque eso signifique mancharme las manos de sangre."
- Leo vuelve a recordar todo su pasado y quien es en verdad. Ahora tiene la clara responsabilidad sobre sus hombros sobre cual es su papel y de cuidar aque...
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POV's Leo.
No pude evitar hacer una mueca con mi boca. Hacía ya como 5 minutos que me dijo que teníamos que hablar y yo no podía moverme de mi sitio. Ni siquiera gesticular alguna palabra.
El viento frío que se coló por la puerta me hizo reaccionar por lo que negué con la cabeza mientras abría más la puerta.
-Lo siento, pero ya te dije que no.
-No te lo estoy preguntando - lo vi de reojo.
-Y a mi me importa bien poco - solté -. Estoy siendo bastante buena en estos momentos permitiéndote marchar Jacob.
Pase por su lado para poder dirigirme hacia la cocina pero este me agarro mi brazo de mala gana, deteniéndome y obligándome a darme la vuelta. Yo sacudí mi brazo para que me soltara pero no me dejó.
-Por cuánto tiempo vas a estar ignorándome? Eh?! - pregunto entre dientes furioso pero también, dolido.
-Jacob…
-¡No! - gruño cual perro furioso - ¡El que ha sido bueno aquí he sido yo! ¿Sabes cuántas veces he ido a verte acaso? - no sabía qué diablos decir, sólo podía sostener con mi mano libre su muñeca ya que su mano hacía más presión alrededor de mi brazo y la verdad? Sentía que lo merecía el dolor que me provocaba - Tú me dijiste que fuera a buscarte después de curarme! Y que me encuentro? ¡Que esos estúpidos vampiros no me dejaban acercarme a ti!
Intenté evitar hacer una mueca cuando me sacudió haciéndome más daño, aún sostenía su muñeca y cuando estaba por decirle algo, las luces se apagaron nuevamente y la puerta cerró de un porrazo por sí sola.
Sorprendida miré alrededor buscando alguna señal de algo pero entre que era de noche y apenas la luz llegaba en los rincones más oscuros me empecé a preocupar esta vez.
-Qué está pasando? - mire a Jacob el cual ahora sí estaba más calmado de la pequeña disputa, incluso ahora me obligó acercarme a él abrazándome con delicadeza como si estuviera protegiéndome por lo que lo aproveche pegando mi espalda en su pecho y mirar mejor el lugar pero me distraía un poco el calor que emanaba como sus brazos rodeándome, mi cuerpo se sentía un poco pesado por la calma que manifestaba por sí sola - Leo? ¿Has sido tú?
-No puedo mover objetos listo- respondí intentando centrarme en lo que ocurría -, creo que es Nakomi.
-¿El fantasma? - sus brazos rodearon con cuidado mi cintura y yo en un intento de calmarlo le acaricie la mano.
-La que te ayudo - corregí y él me apretó un poco más.
Cerré los ojos. Tomando aire en el proceso para poder centrarme, al poco pude sentir como se abría con facilidad mi tercer ojo. Abrí lentamente los ojos fijando principalmente en el suelo y después toda la sala. No había nada por el momento pero había algo distinto, no era la energía de Nakomi… Con razón era algo raro esto.
