Segundo libro de Inmune.
"Te protegeré, aunque eso signifique mancharme las manos de sangre."
- Leo vuelve a recordar todo su pasado y quien es en verdad. Ahora tiene la clara responsabilidad sobre sus hombros sobre cual es su papel y de cuidar aque...
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Pov’s Leo
El mundo que me rodeaba parecía cambiar a una perspectiva distinta sintiéndome como si estuviera en el mismo limbo pero sin estarlo. No tenía una razón coherente del porqué o cómo estaba sucediendo pero si podía decir con seguridad, que lo podía notar. Podía verla en el aire, en cada partícula que se cruzará delante de mis ojos, en el ambiente; las energías eran más nítidas como la mía propia, que crecía cada vez más, más, más y…
Me agobiaba.
Nakomi decía que era el proceso del cambio. Que es un cambio natural el sentirme de esa manera, de mi despertar, de mi poder interior; la verdad, no sabía si estaba preparada. O si lo quisiera acaso. Aunque apenas haya podido dormir estas dos semanas - a parte de los cólicos horribles que tuve la semana pasada - gracias a ese “despertar” como las apariciones de esos dioses, mis sueños se habían vueltos mas extraños y mas escalofriantes. Tuve que poner un sello mágico para silenciar la habitación y no despertar a mi hermanos, porque si, ellos tampoco han podido dormir por mi culpa.
Con tranquilidad apagué el grifo del agua de la ducha, saliendo dejando todo el suelo mojado. Observe mi mano la cual tenía los nudillos morotonados con pequeñas rasgadas a causa de los entrenamientos. Solté un aire tembloroso dejando ese hecho de lado para agarrar la toalla y colocarla alrededor de mi cuerpo como otra el cabello. Salí al pasillo encontrandome a Derek saliendo de su habitación con el teléfono en mano, seguramente hablo con Stiles. Cuando se percató de mi su ceño se frunció notoriamente.
-Te sientes bien? - me preguntó.
Hice el mismo gesto con las cajas, colocándome la mano en la mejilla y palpando algún cambio cosa que no encontraba, menos alguna herida. Juraría no tener alguna.
-Si, porque?
-Te noto rara. Cambiada de algún modo… - no supe qué responder. ¿Será verdad que cambie? Incluso físicamente? Bueno, a decir verdad, gracias al entrenamientos y las comidas que me obligaban a comer, estaba…mejor. No tan delgada pero sí un poco fuerte. Hasta el pelo me creció un poco más, Jacob me lo decía mucho cuando me hacía trenzas mientras yo hacía los deberes.
-Será la ducha - dije con un intento de no darle mucha importancia y seguir mi camino hacia la habitación.
-Recuerda equiparte esta noche - dijo antes de seguir también su camino. Lo vi de reojo por un segundo antes de cerrar la puerta de mi habitación y soltar todo el aire que tenía dentro.
Me deslice hasta el suelo, dejando mi mirada fija en la ventana. Estaba levemente abierta pero igual, levante solo dos dedos haciendo que una ventisca suave pero fuerte entrará colándose debajo de la cama y deslizó la caja de madera hacia mi. Con cuidado la abrí y saque el mazo, apoyando la cabeza en la puerta, empezando a barajar lentamente con los ojos cerrados. Se volvió en una parte de terapia para mi barajarla y parecía que entendía a la perfección que no saber nada. Solo relajarme. Últimamente lo hacía mucho.
