Chapitre 7

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Cualquiera debería sentirse afortunado de tener un trabajo en dónde pagaban bien desde su primer quincena, treinta mil pesos como sueldo inicial por cuidar a una superestrella y más siendo principiante no estaba tan mal.

Bueno, eso creía Vigón antes de escuchar exigencia por exigencia de Sebastián Córdova.

Día 1

- Juan Pablo, necesito que me lleves mi crema correctora antiarrugas de la cara y especial para piel seca al estudio de grabación.

- Si, Sebastián voy por ella.

Día 10

- Juan Pablo, quiero ahora mismo un capuchino macchiato frío en leche de almendras y un solo sobre de azúcar stevia.

- De Starbucks?

- Obvio, duh!

Día 15

- Oh por dios! Es Sebastián Córdova - dijo una chica pelinegra al reconocerlo - por favor, podrías darme tu autógrafo.

- A mis fans les doy todo - guiñándole el ojo con picardía - dime, cuál es tu nombre?

- Sarahí - entregándole una libreta y plumón con una sonrisa enorme - ese es mi nombre.

- Perfecto, entonces - destapando el plumón - con cariño para Sar...

- Listo, vámonos! - se interpuso Juan Pablo para llevárselo - su camioneta lo está esperando joven.

- Oye pero qué te pasa? - regresando apresurado las cosas a la fanática - ni me dejaste terminar de firmar.

- Es cierto, pinche viejo - reclamó la joven mientras los veía irse - es Sarahí, NO SAR!

Día 20 llamando a las 2:00 a.m.

- Juan Pablo sé que estás dormido pero trabajas para mí 24/7 - bostezando - necesito que tengas listo mi traje color vino, vas a recogerlo a la boutique de Christian Dior en palacio de hierro en San Pedro Garza García.

- Apoco ya está abierta la tienda ahorita? - tratando de reír con sueño.

- No seas ridículo, obvio que abren hasta las 12:00 p.m. - bufando con fastidio - solo que no lo olvides o te quedas sin trabajo - advirtiéndole - S I N T R A B A J O

Día 30 (Al fin, hoy pagan quincena)

- Ya no quiero trabajar en esto - tirándose al sillón de la recepción en el estudio discográfico - Sebastián es insoportable.

- Aunque es increíble que llevas oficialmente un mes para él - río el chico llamado Mar mientras palmeaba su espalda - te juro que nadie ha durado tanto como tú, ni siquiera el jefesito Tato y eso que es su tío.

- Tú tampoco entiendes? - entrando el mayor al lugar - señor Noriega para ustedes.

- Pero a diferencia de mi, cómo hacen para sobrevivir con él? - suspirando con cansancio - antier llegó a mi casa para recordarme que hoy tenía que llegar temprano, PERO ESE DÍA ERA MI DESCANSO! - gritó frustrado en una almohada - parece chicle.

- Sebastián suele ser un poco...bueno, digamos que especial - refiriéndose con tacto sobre su sobrino - pero es un buen chico.

- La única vez que lo miré así fue cuando me defendió del tonto André - sonriendo con vergüenza - se veía tan chulo reclamando por su jersey del Real Madrid.

- Chulo? - sentándose en el otro sillón - te parece atractivo mi sobrino?

- Qué? No, yo no dije eso, en realidad...pues...lo que pasa jefe - pidiendo ayuda a Mar con la mirada - usted sabe, es popular y...eso, jaja.

- En pocas palabras, le gusta Sebastián Córdova - contestó el rizado con gracia - señor, contrató a un fan por error.

- Claro que no, eso es mentira - respondió Juan Pablo indignado - estará guapísimo, nalgón y con mirada más sensual que las atajadas de un portero, pero eso no quiere decir, que sea su fan.

- Pero si te gusta Sebastián? - preguntó Tato en broma - ándale ya no pasa nada, estamos acá en confianza, o no?

- Señor Noriega, lo llaman en su oficina - habló Esther interrumpiendo el momento - es el señor Nicolás Sánchez y dice que es importante.

- Ya me agüitaron el momento - levantándose resignado - bueno, vuelvan todos a sus lugares y tú - señalando a Vigón - tenemos una plática pendiente.

- Si señor - poniéndose en posición firme - ahora mismo iré con el joven Córdova y ver si necesita algo - caminando hacia las puertas de vidrio que van al cuarto de edición - si sobrevivo hoy, entonces ya la hice.

- Juan, espera - intentó acercarse Mar con preocupación - no abras ese lugar todavía.

- JUAN PABLO DETENTE! - gritó Esther con miedo - esas puertas aún están...

Si, efectivamente se escuchó algo caro, demasiado caro romperse y para mala suerte del guardaespaldas eran las puertas que apenas habían instalado por petición de quién menos debían hacer enojar.

- Buenos días a to...ok, necesito una explicación - cambiando su sonrisa por una mirada seria al ver semejante desastre - recién llegaron esas puertas de New York y ahora...ahora - sintiendo un tic en su ojo derecho - están rotas.

- Se dicen rompidas, joven Córdova - dijo Vigón con evidente culpa - si quiere me puede descontar la quincena de hoy, al fin y al cabo, cuánto han de costar?

- Trescientos cincuenta mil dólares, Juan Pablo - contestó furioso - NO LAS COMPLETAS NI JUNTANDO TU CASA Y LA DE TODOS LOS QUE TRABAJAN AQUÍ!

- Bueno, entonces es aquí donde empiezo a correr - riendo nervioso para caminar lentamente hacia la salida - lo veo el lunes, joven.

- VUELVE AQUÍ JUAN PABLO VIGÓN! - gritó Sebastián al ser sujetado con fuerza por Mar y Esther - TE VOY A MATAR!

Aunque curiosamente, no le dijo que estaba despedido y el lunes se presentó a trabajar como si nada. Eso ya significaba algo, verdad?

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Necesito fotos de Vigón con traje, ah!

Gracias por leer ❤️

Nada Como Ser Miss...ter | CórdovaxVigón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora