Chapitre 6

83 13 10
                                    

- Aún sigo sin creerlo - sonríe al espejo mientras acomoda su corbata - estoy a punto de vivir una vida laboral bien increíble.

- Vivir una vida, habla bien chinga - dando un zape en su cabeza - recuerda que vas a andar entre puro riquillo y como no, más si es un cantante reconocido a nivel mundial.

- Eso es lo que me da más nervio Omar - suspirando con preocupación - es el trabajo más serio que he tenido en todo este tiempo y quiero hacerlo bien.

- Mira, quizás te regañe mucho - recibiendo una mirada de reproche - bueno, está bien lo hago demasiado pero espero que esta vez salga bien, que a pesar de todo nunca dudes de ti mismo - sonriendo con cariño - y recuerda que siempre estaré en cada aventura contigo hermano.

- Omarcito de mi corazón, ven acá - girando de su lugar para abrazarlo - yo entiendo que a veces me meto en problemas.

- Demasiados diría yo

- Pero aún así estás conmigo cuando lo necesito - apretando más el abrazo - algún día te lo voy a recompensar.

- Bueno pero hazte para allá, ni que fuéramos novios - empujando con diversión a Juan - a mi puro güerito de esos más altos que yo.

- Ya me di cuenta - alzando las cejas con gracia - ningún partido de Rayados te pierdes por ver al número 19 andar corre y corre por toda la cancha.

- No estamos hablando de mi, si? - mirando hacia otro lado sonrojado - aquí lo importante es que llegues temprano y no hasta el mediodía, no sabemos cómo es esa gente en realidad.

- Tú me vas a llevar? - recibiendo un si de respuesta - te debo todo mi Govi.

- Namás págame los cien pesos de gasolina y ahí queda - caminando a la puerta - ándale ya vámonos que luego nos agarra tráfico en Gómez Morin.

Sería mentira decir que Omar no estaba nervioso, este trabajo no era como los demás y lo único que podía manifestar era el mayor éxito del mundo a Juan Pablo. Mientras tanto él, pues era feliz trabajando en el Starbucks por las mañanas y de ahí pasar a la facultad en el turno de tarde-noche, su sueño era ser el mejor ingeniero y orgullo de su familia, chingaba su mauser si no lo lograba.

- Yo me regreso en camión, no te preocupes que si completo los doce pesos - contaba Vigón la feria en su cartera - aunque ni idea de a qué hora voy a terminar.

- Igual si sales antes que yo me avisas y paso por ti - con la mirada fija al volante - ya llegamos, solo déjame estacionarme y te acompaño hasta la entrada.

Ambos amigos se bajaron frente al lugar donde pasó todo, inevitable el no reírse al recordar cómo la patrulla se quiso llevar al francés por alborotar el orden y al final arreglar todo con cinco mil pesos a cada policía, SI AJÁ como son todo menos incorruptibles.

- Ahora si, déjame darte la bendición y no rompas nada - soltó Govea la carcajada - sin enamorarse más de lo que ya.

- Ni mi mamá hace tanto alboroto como tú - sacando la lengua - bueno, nos vemos al rato - caminando hacia la entrada.

- Cuídate mucho Juan Pablo - viéndolo irse - aquí es donde procedo a irme, jaja.

Pero, quién dijo que solo los protagonistas merecen encontrar el amor?

- Ouch! Eh, no mames fíjate por dónde vas - sacudiendo su cabeza por el empujón - casi me tumbas.

- Lo siento, en verdad no fue mi...intención - dijo el rubio en voz baja - De casualidad no te he visto antes?

- A mí? No claro que no - observando mejor al más alto - pero ahora sí nos estamos viendo - tratando de aligerar el ambiente - discúlpame si yo también iba distraído.

- Para nada, es mi culpa por andar a las prisas - rascando su cabeza nervioso - soy Jordi Cortizo.

- Espera, tú no juegas en los Rayados de Monterrey? - preguntó el potosino sorprendido - si, eres tú! No puede ser, acabo de conocer a alguien famoso.

- Me encantaría más que conocieras mi parte personal, sabes - intentando sonar coqueto - Y tú te llamas?

- Omar Govea - sonriendo - ese es mi nombre.

- Entonces espero verte más seguido, Omar.

Mientras tanto, regresando con nuestra pareja favorita...

- Buenos días Sebastián - llegando Juan Pablo al camerino - quiero agradecer la oportunidad que me das de poder chambear contigo.

- Si, si, como sea y que amable pero ya vámonos - levantándose del sillón rápidamente - es hora de que hagas tu trabajo.

- Ok - mirando hacia los lados confundido - pero quisiera saber si al menos podría...

- No, andando - fulminando al pelinegro con la mirada - me tienes que llevar a comprar ropa y luego al spa.

.
.
.

Si volví, creyeron que iba a dejar esto? PUES NOOOOO

Gracias por leer ❤️



Nada Como Ser Miss...ter | CórdovaxVigón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora