Capítulo 4: ¡Otra vez no...!

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No podía estar pasando otra vez...Miré la ventana y allí estaba, de nuevo, el sobre negro entre las rejas. ¿Estaba teniendo un tipo de flashback o era real?

Pero por desgracia, era real. Antes de cogerlo, me aseguré de si era el mismo que el del otro día buscándolo en mi cajón, pero estaba ahí, así que el que había era uno nuevo. Abrí la ventana de par en par y lo agarré. Era del mismo color que el otro. Tampoco tenía ningún escrito por fuera, esto cada vez me asustaba más. Rompí la solapa del sobre y me puse a leer las rojas letras que contenía la carta.

En ella ponía:

"¿Que te piensas que esto es una broma, o que se le ha volado la carta a alguien y ha acabado justamente en tu ventana? Que inocente eres, niñita. Pues te equivocas, así que empieza a afrontar las cosas que vendrán. Otra cosa te advierto, lo vas a pasar muy mal, ya que yo mismo te voy a atormentar durante el resto de tu vida, lo digo por informarte de lo que te espera..."

Esta vez si que no pude soltar palabra alguna, mis ojos estaban abiertos como platos, no entendía a que se refería aquel anónimo remite. ¿Por que me tenía que atormentar a mi? yo no había hecho nada malo y ... ¿Quién era? Mi mente estaba llena de preguntas sin respuesta alguna.

Estaba muy asustada de lo que me podría pasar a partir de ahora, ya eran pocas las posibilidades de que aquello fuese una broma... Pero la vida seguía y la cena no se iba a hacer sola. Bajé las escaleras, con miedo, ya que no paraba de darle vueltas a lo que leí hace unos minutos en la carta, pero esa noche no pasó nada, todo estuvo muy tranquilo, demasiado creo yo.

Llegó el esperado viernes 5 de Junio, día en el que acababan los exámenes de todo el curso. Me desperté, aunque esa noche no dormí nada, pero la rutina fue como la de todos los días,, aunque hubo algo diferente...

Cuando fui a cerrar la puerta principal de la casa, había escrito en la pared "Te estoy vigilando". Ahora si que estaba asustada de verdad, pero lo impactante fue que a los dos segundos el mensaje se desvaneció, como si nunca hubiera existido, al igual que el que vi en mi mesa tallado el Miércoles a 1ª hora.

Salí corriendo hacia el instituto, aunque creo que ese día me olvide prácticamente todos los libros, pero lo veo lógico, estaba atemorizada de cualquier ruido que oía en la casa.

No entendía nada, y lo mejor, que nadie sabía de aquello y me tomarían por loca si lo contase...

Alguien me estaba haciendo tener miedo y de verdad...

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