Capítulo 24: ¿Rose está ahí?...

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Comprobé que lo que estaba viendo era real y lo era. Estaba la lápida que un día apareció en mi jardín y me persiguió por toda la casa ahí, rodeada de velas negras de nuevo. Me acerqué a la lápida para comprobar que era la misma, y sí, era esa. Se podía leer en ella el nombre de mi hermana como lo pude leer la otra vez, sus letras doradas resaltaban. Era como u santuario dedicado a Rose y el hecho de encontrarme su lápida en el jardín trasero sería porque él la había movido para indicarme que el cuerpo de mi hermana estaba enterrado ahí, pero tenía una sola duda en mi cabeza: ¿Sería que esto solo lo podía ver yo o lo podrían ver todos mis familiares? Sabiendo como él hacia las cosas tenía una respuesta más clara que otra, asique ni intenté traer a mis padres a que lo vieran.

¿Cómo es que le había enterrado bajo mi casa? ¿Acaso le tenía un aprecio especial? En esos momentos solo pude ver como mis lágrimas caían desde mis ojos hasta el suelo. Pero de repente se apagaron, la especie de cueva se quedo completamente a oscuras. No podía ver nada, cuando se encendió una sola vela por si sola. Había un hueco en la pared del subsuelo que no había visto antes. Se podía ver en él un sobre blanco, del nuevo ser, ahí colocado esperando a que lo cogiera. Y eso hice, lo abrí y la carta del interior era otra vez verde, estaba segura de que era de ese nuevo anónimo. En ella ponía:

"Ya has visto que mi cuerpo está aquí, debajo de nuestra casa, o bueno, de la que era mía como lo es tuya. No he podido avisarte antes ya que él me pillaba siempre que estaba escribiéndote. Si te preguntas como puedo escribirte y enviarte estas cartas es debido a que mi alma sigue viva, ya que mi cuerpo descansa en esa tumba que tienes al lado. Él me la hizo, después de tanto sufrimiento que pasé, todo malo tiene su lado bueno o eso creo. No intentes enseñarles a papá y a mamá la tumba, ya que desaparecerá, se puede considerar que este lugar es un secreto entre hermanas, como los que solíamos tener cuando éramos pequeñas. Lo siento por todo lo que estás pasando, nada puede pararle los pies, aunque bueno, solo una cosa realmente y tu sabes muy bien cual es. Cuando acabe todo esto puedes abrir la tercera baldosa del jardín empezando por la puerta principal y bajar a visitarme. Tu me podrás contar tus cosas y yo por cartas las mías. Deshazte de él, yo confío en ti. Te quiero hermanita, se fuerte, siempre estaré ahí. Rose MG" 

Él ser de los sobres blancos era mi hermana, no podía creerlo. Después de leer esa carta que tantas cosas me aclaraba, ya sabía lo que tenía que hacer. Esto era el final de la historia de terror en la que yo era la protagonista.

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