Capítulo 11: Nada de esto va a acabar...

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Era sábado, fin de semana, todo era perfecto, porque mis padres estarían en casa todo el día, no trabajaban por suerte. Peo no, ese fin de semana tenía que ser especial o bueno quien dice fin de semana dice una semana entera. Efectivamente, mis padres se iban de viaje de negocios a Alemania.., Iba a estar  sola en casa, ¡Aún más!. La que me esperaba...

Acompañé a mis padres al aeropuerto con mi tía, los dejé y... ya podía darle la bienvenida a locuras que ocurriesen de aquí en adelante en mi casa. No me hacía la idea de que mi casa iba a estar vacía una semana entera, no era posible, todo me tenía que pasar a mí. Antes me encantaba estar sola en casa, podía hacer lo que quisiera, pero después de todo esto, es lo último que deseaba.

El vuelo ya había salido, lo vi en la pantalla de aterrizajes y despegues. Mi tía me llevó a casa, me despedí de ella y entré a mi casa, el sitio que me encaminaba al manicomio. Todo estaba tranquilo, cosa que me sorprendía, no era del todo normal. Cogí mi móvil, e hice planes con un grupo que hacía tiempo que no las veía, Kleo, Emma y Brenda. Quedamos en el parque principal de la ciudad, donde quedaba con todos, para irnos a las piscinas municipales a pasar el día.

Me preparé todo y a las 12 de mediodía de ese sábado salí de mi casa. Lo que me parecía muy extraño era que todavía no había pasado nada encasa, una sonrisa brotó de mis labios al pensarlo, la primera desde hace tiempo.

Comimos en el césped que había allí y nos fuimos a la piscina. Esa tarde sólo paso una cosa extraña, me sumergí en el agua y bajo ella pude ver escrito en todo el suelo de la piscina "Ve a casa, es urgente" ¿Otra vez ve a casa? ¿Es urgente? No le di importancia, ya que en cuanto llegase pasaría de todo como siempre, pero la sonrisa continuaba en mis labios.

Eran las 22:00, estábamos en casa de Brenda cenando cuando mis padres me llamaron. Me preguntaron que había hecho hoy, que tal estaba, que llevase cuidado, etc, lo que suelen decir todos los padres cuando están fuera. Me despedí de ellas a las 23:30, y me fui para casa.

Llegaría a eso de las 0:00, abrí la puerta y... todo en calma otra vez. ¡Esto era un sueño! No podía creerlo, pero, como siempre, no debería haber cantado victoria tan pronto... Subí a la planta de arriba. Estaba indecisa entre dormir en la de invitados o la mía, pero al ver todo tan tranquilo, me decanté por mi cuarto. Fui al aseo, pero no podía ser todo perfecto, como dije.

Las luces parpadeaban, el suelo tenía unas grietas enormes, las puertas de los armarios estaban echas trizas y por los suelos, todo destrozado. Y el espejo, roto completamente, y en él pude leer "¿Te pensabas que esto había acabado?".

Él acabaría conmigo...


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