Capítulo 5: De mal en peor.

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Llegué tarde al instituto, típico de mí. Todos mis compañeros me miraban extrañados, estaba muy pálida, demasiado creo yo. Pero las clases continuaron con su normalidad, no paso nada en el instituto. Acabé mis últimos 3 exámenes de 2º y me sentía orgullosa de que todos me hubieran salido medianamente bien.

Era hora de volver a casa, tenía mucho miedo de entrar, podía pasar de todo cuando yo estuviese dentro. Por eso, fui a comer a casa de mi abuela y así, de paso, le hacia una visitilla. Allí me sentía muy segura, nada malo podría pasar mientras estuviese en otro sitio que no fuese mi hogar.

Esa tarde había quedado con mis amigas de clase, un grupo formado por 7 chicas y la verdad, éramos, lo que se puede decir, inseparables. También pensaba que no podría pasar nada mientras estuviese con ellas, pero, de nuevo, me equivocaba.

Quedamos a eso de las 6 en el parque principal de la ciudad. No quedaba muy lejos de casa de mi abuela, por eso llegué allí en 3 minutos.

Dimos una vuelta hablando y riéndonos de los comentarios que hacíamos, pero me empezó a doler la cabeza. Comencé a ver borroso, no me llegué a desmallar pero veía mensajes por todas partes escritos en rojo. En ellos ponían cosas como: Vuelve, No escapes, Te sigo vigilando...

¿Me estaba volviendo loca? o ¿Sería que el anónimo de la carta se encontraba cerca? Más preguntas sin respuesta habitaban mi mente otra vez. Mis amigas estaban muy preocupadas por mi, estaba demasiado pálida y mi mirada cada vez se iba cansando por momentos. Me costaba caminar y respirar...

Mi grupo me acompañó a casa, pero les pedí que se quedaran haciéndome compañía un rato y así fue. En el  momento en que nos sentamos en el comedor, comenzaron a hacerme preguntas de que estaba pasando y les conté todo, pero no me creyeron. Me decían que eso lo podría haber soñado o algo parecido, pero era real, demasiado real para que fuese un simple sueño...

Se hizo de noche y todas se fueron. Me quedé sola en casa otra vez, cosa que me atemorizaba. Se me pasó el dolor de cabeza y todo volvió a la normalidad en mí. Subí las escaleras para irme a mi habitación y acostarme, había sido un día muy extraño y solo quería que acabase de una vez... Pero para mi sorpresa, me encontré otro sobre encima de mi cama. Esto cada vez iba a peor.

En ella ponía:

"No intentes escapar, ¿No sabías que voy a donde vas tú? No tengas miedo de venir a casa, vas a pasarlo mal igual, estés donde estés... ¿Lista para vivir en una pesadilla?"

Esto era una locura, tenía que parar ya.

Pero yo ya no podía seguir huyendo...

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