Capítulo 17: ¿Poner fin a mi vida?

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Era ya tarde, guardé la nota de suicidio de mi hermana y me fui a la cama, otra noche en vela con miles de preguntas sin respuestas en mi cabeza. Me acosté a eso de las tres de la mañana, no pasó nada por la noche desde lo de la lápida y la carta.

Me desperté a las 6, aún era de noche pero no tenía ganas de permanecer más en la cama. Bajé al salón y todo normal. Fui a la cocina para hacerme algo de desayunar, aunque era muy temprano, pero al entrar...

En la bancada estaban todos los cuchillos de la casa, desde el más afilado y punzante hasta el que menos, pero estaban allí, todos bien puestos y organizados. Había un papel enfrente de todos, en el que ponía: "¿Cuál cogerás hoy para cortarte?" Solo quería que me cortase, que me hiciera daño a mi misma, que me pusiera fin, en pocas palabras, quitarme de en medio, acabar como mi hermana. Los guardé todos, no hice caso de lo que decía la nota y me preparé mi tazón de cereales. Fui al comedor y me senté en la mesa. En la pared había escrito "Hazlo". Estaba ya cansada de siempre lo mismo, solo ignore sus palabras.

De momento se oyeron unos fuertes golpes en la puerta, sonaban aterradores, con rabia. Me dirigí a la puerta, con miedo, no quería abrirla, pero los golpes seguían sonando. La abrí y...

Había una silueta de un hombre con una vestimenta igual que la muerte, sin mostrar nada, ni su rostro. Dijo: "¡¡Hazlo de una vez, vamos, deja de ignorar mis palabras niñata!!"

Pegué un chillido y cerré la puerta de golpe, en sus narices. Era él, estaba segura, su voz y su aspecto eran iguales a la extraña sombra que tanto daño hizo y estaba haciendo. No se me ocurrió otra cosa que coger el cuchillo más afilado y meterme en el baño. Continué con la única parte que no tenía, mis piernas. Cada vez iba a más velocidad, con mas ira en mis manos, estaba muriendo del dolor, pero era la única forma de que me dejase en paz. No podía parar, estaba fuera de control, solo podía llorar y cortarme más.

Estuve así al menos media hora y al acabar y salir del baño, todo estaba en calma. Me encaminé a la puerta principal, cogí mis llaves y me fui a tomar el aire. Di una vuelta a la manzana, como siempre, pasé por el puente donde mi hermana se suicidó y...

Pasé mis piernas por encima de la valla que separaba acera de precipicio. A esa hora no pasaban coches, solo me iluminaba la luz de las farolas. Miré abajo, no podía creer que Rose se había tirado de aquí, sabiendo que tenía vértigo. Otra vez no, lágrimas cayeron desde mis ojos hasta el vacío y allí se perdieron, con la oscuridad. Miré de nuevo abajo y quería hacerlo, mi vida no podía seguir así, perdía la cabeza por momentos, mi cuerpo estaba lleno de cicatrices sin sentido. Estaba muy alto, tanto como para morir al caer, estaba apoyada en la valla, pensando en lanzarme al vacío... 

No pude contener el llanto, me senté al borde, a pocos centímetros de poder caer, exploté en lágrimas, mirando mis brazos y piernas, pensando en todo lo que estaba pasando , nada tenía sentido... ¿Tirarme o no tirarme? ¿Qué era lo correcto? 

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