Capítulo 27: Volviendo a la normalidad...

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Desperté de un sueño muy profundo, el más profundo que había tenido en toda mi vida, este duraría unas 5 horas, parecía que duró años. Estaba tirada en el suelo del salón, como recordaba. Intenté levantarme, pero me di cuenta de que estaba débil, más de lo normal, y no sabía el por qué. O tal vez sí, hacía unas horas que combatí contra un ser extraño pero a la vez demasiado poderoso, el que estaba haciendo que mi vida llegara a su borde final, pero no lo consiguió. Pero mi pregunta en ese momento era que...

¿Había terminado con él para siempre o simplemente fue una batalla de muchas que tuvimos durante este largo tiempo que duró meses?

Quería saber la respuesta cuanto antes, y con todas mis fuerzas, las cuales no me quedaban a penas, me levanté del suelo y conseguí ponerme en pie. Para empezar, comprobé que el salón estaba intacto, como siempre lo había estado, sin nieblas provenientes de ninguna parte, ni muebles rotos y destrozados y mucho menos fuegos infernales. Avancé hacia la cocina, todo despejado, en calma, no se oía ni un alma en ella. Recorrí absolutamente toda la casa, habitación por habitación, rincón por rincón, no había ni rastro de él. Pero... ¿Y la estrella? Mi cabeza comenzó a doler, estaban viniendo imágenes rápidamente, las cuales formaban un tipo de película, como una escena que había vivido yo pero no recordaba, era un flashback o algo por el estilo. Trataba de cuando cogí el martillo, lo elevé más arriba de mi cabeza y le di el último y destructivo golpe a esta, hasta ahí me acordaba, pero después de eso, pude ver como la estrella se hacia cenizas antes de caer hecha pedazos al suelo, parecía magia. Y en ese momento es cuando caí desmayada al suelo, no pude ver como ponía fin a él.

Volví a la realidad, estaba recordando lo de ayer y mi duda estaba resuelta, la estrella ya era historia, lo cual significaba que le había puesto fin a la vida de aquel horripilante monstruo. Subí a mi cuarto, ya no tenía miedo de volver a estar allí. Abrí la puerta y todo en calma, ordenado, después de tanto tiempo de desastre en mi casa y mi mente, todo se estaba ordenando, poco a poco pero estaba volviendo a la normalidad de antes. En seguida, me acordé del cajón donde guardaba los sobres negros que iba recibiendo, con su letra escalofriante y todas esas amenazas escritas en sangre y papel. Y al abrirlo, no quedaba ni rastro de ellas, como si nunca hubiera recibido una.

Me tumbé en mi cama e hice algo que llevaba tiempo esperando hacer, agarrar mis auriculares y escuchar música. Antes de que pasara todo esto siempre que llegaba a casa no estaba ni un segundo con los oídos descubiertos, siempre los tenia inundados en mis canciones y ya lo echaba de menos. Antes, cuando estaba pasando todo, no quería ni escuchar ni una sola canción, sinceramente, el 99,9% de mi mente estaba ocupado por él y sus locuras macabras.

Estuve unas 2 horas tumbada en la cama, sin hacer absolutamente nada, ansiaba tanto tener un momento así, de relajación sin prestar atención a mi alrededor por si pasaba algo fuera de lo normal en el que estuviera en juego mi vida. Por fin era libre de sus cadenas irrompibles, por fin podía hacer lo que quisiera, tomar mis propias decisiones, por fin era la Anthea que había sido siempre, y de pensar eso una verdadera sonrisa broto de mis labios, era feliz de verdad.

Decidí tomar una ducha, ya que eso era una de las cosas que mas me relajaba. El plato de la ducha se lleno de un intenso violeta, que era causado por mi pelo tintado de este color, siempre me pasaba eso. Pasó otra media hora pero, de repente me acordé de la tumba que había en mi jardín, en el subsuelo, por eso bajé a comprobar si era real o solo producto de mi dañada mente en esos momentos.

Y sí, lo era, no había ni pasadizo secreto, ni tumba, ni nada, solo un bonito y tranquilo jardín, como lo había sido siempre. Pero en el pequeño banco que había allí pude observar que había un nuevo sobre en él, esta vez era de color...Blanco, menos mal, que alivio. Pero, en realidad, no tenía nada de alivio, podía meterme en otro lio ya que esos sobres me los enviaba alguien que ya no estaba conmigo, a mi lado. Aunque tuviera esos pensamientos rondando mi cabeza mientras miraba el sobre, me lancé a abrirlo y leer su cuidada y delicada caligrafía que había escrita sobre ella.


Y bueeeeeeno, como veis Anthea salió victoriosa, este es el penúltimo capitulo o antepenúltimo, ya veré. Este lo he hecho un poco más largo, ya que llevaba sin subir unaaas... dos semanas o asi xD

Gracias, gracias y gracias♥♥


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