Una vez en su cuarto Germán sacó el paquete de adentro de la bolsa y lo observó detenidamente.
Tenía una forma cuadrada por la forma de la caja
del CD. Estaba envuelto en papel azul y tenía escrita la
fecha del día, 22/10/1994, en la esquina superior izquierda.Estaba muy prolijo, dedujo que el chico lo envolvió con sus propias manos, ya que el resto de personal
se encontraba con sus respectivos clientes, y la fecha
estaba escrita a mano. Esa debía ser su letra. Cada pequeña cosa que tenía que ver con aquel chico lo alegraban de sobremanera aunque su rostro no lo
demostrara. Debería de romper el envoltorio para dejar
el CD al descubierto, pero en realidad no quería hacerlo. Se trataba de uno que había escogido de manera totalmente aleatoria, él ya tenía los CDs que
quería, su mamá se encargaba de comprárselos.Prefería conservar el envoltorio que Santiago se había encargado de colocarle, con la fecha de ese día, que ahora Germán consideraba importante, escrita por él. Lo miró durante largo rato y luego decidió guardarlo dentro de una caja, debajo de su cama.
Al día siguiente, se encontraban en la casa de sus
abuelos, como todos los domingos. Él quería a sus abuelos, siempre fueron muy buenos con él. A quienes no soportaba eran sus primos, algunos eran menores y otros eran mayores que él. Actualmente no hablaba absolutamente nada con ninguno de ellos desde aquella vez hacía años.Germán tenía unos seis años de edad. Se encontraba
sentado a un lado de su mamá, cuando uno de sus primos de misma edad lo invitó a jugar con los
demás. Ger sólo negó con la cabeza a todas las
propuestas del otro niño.
—Tía Clau ¿Por qué Germán casi nunca dice nada? ¿Acaso es estúpido? -dijo el niño.
Germán lo miró horrorizado.
—¡Juan! –gritó la madre del niño.
—¡¿Qué?! Es la verdad. Es un rarito.
Luego de eso Germán hablaba menos incluso de lo que
ya estaba acostumbrado. Sólo lo justo y necesario, cuando no eran palabras que podían reemplazarse por gestos corporales.
Permanecía cerca de su madre o de sus abuelos,
quienes no lo molestaban más de la cuenta. Aunque este domingo apenas si prestaba atención en la
reunión.Lo único en lo que pensaba era en el chico de los CDs.
Su nombre.
Su voz.
Sus ojos.
Tenía que volver a verlo.
Tuvo dificultades para concentrarse en la clase del
lunes con María.
También el martes.—¿Te pasa algo Ger? –Preguntó amable la dama –
no estás prestando atención como de costumbre, eso no es común en vos.Germán la observó con algo de pena. Ella tenía razón,
apenas si estaba escuchando sus palabras. Pero negó con la cabeza.
-¿Estás seguro? Podes confiar en mí si hay algo que me quieras decir.
Él torció su labio a un lado. No podría pensar
claramente. Decidió confiar en ella y tratar de enfrentar su miedo. Inhaló una gran cantidad de aire y
finalmente habló.
—¿Podemos… –comenzó, pero luego estuvo durante
varios segundos en silencio sin poder terminar la oración. Tal vez por terror a un no como respuesta.
Era más difícil de lo que imaginaba.
—¿Podemos… –preguntó ella incentivándolo a
continuar.
—Ir al… shopping? –finalizó desviando su mirada hacia el suelo, comenzando a morderse las uñas, claramente nervioso.María se sorprendió ante el pedido. Germán le estaba
pidiendo por primera vez en años de conocerla, que salieran fuera de su casa. Claudia y Martin, su
padrastro, se encontraban trabajando. Ella tenía toda la
responsabilidad sobre el chico si algo malo llegaba a ocurrirle. Sabía cómo tratar con Ger, pero siempre bajo un techo.
Pensó que tal vez si surgía algún inconveniente
podría comunicarse desde un teléfono público a las
oficinas de trabajo de sus padres. Si aceptaba debían ir caminando. Germán debía estar consciente
de eso y aun así quería hacerlo. Ella estaba analizando
todas las posibilidades, procesando la información, y por ende se quedó en silencio unos momentos. Germán estaba comenzando a pensar que estaba buscando la manera de negarse sin herir sus sentimientos. Se sintió muy desanimado.
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el chico de los CD's - santutu x unicornio
Fiksi PenggemarGermán padece una enfermedad la cual le dificulta demasiado socializar... hasta que conoce a Santiago, un joven de ojos azules que trabaja en una tienda de música. -- « © El chico de los CDs by HeHasBlueEyes Todos los créditos correspondientes a la...