Escrito #5

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E L  A B I S M O  D E  C  H E  S  I R E Y  L A 
V E N G A N Z A   D E  I Z E K


Se dice que cuando escribes una historia, no es el protagonista quien refleja nuestra escencia, sino el villano; porque en él, se esconde esa parte oscura de tu alma que ni tú te atreves a confrontar.

Izek:

—Quiero sangre. Y la quiero ahora. No voy a esperar ni un segundo más. No permitiré que sigan burlándose de mí en mi propia cara y continúen respirando como si nada. Se acabó el tiempo en que era alguien sin  nombre, sin título de importancia en que solo infundía lastima, inmundicia y miseria y hacia trabajos para otros aristócratas hasta que me convertí en un caballero destacado en la guerra y defendi a la ciudad de Catalina con sed de justicia. Vencí a bando rival del reino y me convertí en capitán de las tropas, lleve a los guerreros al triunfo y como regalo el rey me otorgó el título "Omerta" y varias tierras fértiles, no sin antes también querían casarme, conocí a varias jovencitas hermosas de muy alta cuna. Sin embargo ninguna me llamaba la atención. Hasta que conoci a Rudbeckia Borgia en un baile que el rey otorgó. Me enamore a primera vista desde que la conocí, quedé prendado por su belleza e inocencia. Su padre Alejandro y su hermano fueron invitados por ser parte importante de la religión y el cónclave. Tenían una relación estrecha con el rey. Entonces un día hubo una fiesta y fue cuando por mi propia iniciativa me animé a hablarle, aún recuerdo ese día como si fuera ayer, llevaba un vestido morado de terciopelo y encaje bañado en oro. Enaltecia su figura delicada, su rostro angelical que brillaba al luz de la luna, parecía un ser divino, una sirena que había embrujado al pirata con su voz meliodosa, sus rizos dorados y sus ojos azules la distinguían se las demás doncellas. Ella me ignoro al principio pensé que era por miedo o inseguridad a mi apariencia, en varias ocasiones la corteje e iba a visitarla a su mansión y en todas ocasiones su hermano estaba presente... Creí que era sobreprotector a su hermana pero jamás me imaginé las intenciones incestuosas y...
Ahora quiero más. Quiero súplicas, quiero llanto, quiero verlos arrastrarse pidiendo clemencia...
Su voz está cargada de odio, no lo puedo culpar.
—Lo único que voy a concederles es el filo de la muerte. Quiero que rueden cabezas, que la tierra se tiña con su inmunda sangre. Todas y cada una de esas malditas noches dónde ellos me traicionaron hoy caerán ante mií. Y cuando todo acabe, cuando no quede ni un solo respiro de su miseria en este mundo, me bañaré en su sangre como prueba de que jamás debieron traicionar a Izek Omerta. y mucho menos por ambición de un cardenal hacia su hermana.
Y suelto palabras heridas y maldiciones  cargadas de ira, pero  mi cuerpo permanece relajado, como si el caos que desata en mi mente no afectara mi presente. Sin embargo, mis ojos... sus ojos delatan otra historia tan aterradora que tengo miedo de mi mismo y perder la poca cordura que posero en estos momentos me miró al espejo y contemplo  unos ojos turbios, oscuros, indescifrables. No puedo leer nada en ellos, nada que me diga qué está pasando realmente. Solo asiento, sintiendo el peso de la atmósfera sofocante que se ha instalado en mi habitación... Escuché un ruido y me percate que ella estaba aquí, Rudbeckia Borgia con cara de arrepentimiento el maquillaje corrido por el llanto inventado.
—Lo siento— la escuché decir con un hilo de voz.
—Tienes un máximo de quince dias para lárgate de aquí, he recapacitado y aunque en el fondo te sigo amando, no puedo perdonarte, tu traición carcome mi ser—dictamino y mi voz es un filo que corta el aire de mis plumones. —Pero Keira se queda conmigo porque ante la ley es mi hija.
—¿Estás loco? ¡No es tu hija! ¡No tienes el derecho de arrebatar de mi lado!— apretaba la mandíbula.

—¡Si, si puedo!— la amenace alzando la voz. —¿Y sabes que más puedo?

Rudbeckia me miró incrédula...

Los pecados de Chesire (Relatos Eróticos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora