Nota importante: Los hechos que ocurrirán en este relato serán totalmente opuestos a los que se transmitieron en los capítulos 94, 95, 96 del manhwa. Se recomienda discreción ya que tendrá contenido algo sensible para cierto público.
R U D B E K I A B O R G I A
A veces para destruir un monstruo, debes convertirte en uno aunque el deseo ponga en peligro tu vida e incluso tus planes.
Rudbeckia lo sabía perfectamente, ella jamás planeo enamorarse de su hermano Chesire Borgia, simplemente sucedió como un agujero negro devorando toda su cordura y pudor constantemente se preguntaba «¿por qué el pecado del placer se tenia que esconder detrás de una sotana?» «¿Acaso debía huir de él o caer en tentación?». Descubrió las respuestas a sus dudas cuándo tocó íntimamente a su hermano. Hoy se verían después de tanto tiempo.
En el coloso de Omerta tendrían una celebración que cada año en la temporada de invierno es admirado por muchos, se trata de un concurso de caza, Izek el esposo de Rudbeckia partidaria. Por supuesto que debía guardar apariencias como una esposa amorosa y asendosa, preocupada por su bienestar. Y en las gradas observarla su participación donde espera su posible muerte. A su costado estaba sentado el cardenal Borgia, ofrecía una homilía en favor de los participantes. Pero muy en el fondo anhelaba su muerte.
Por desgracia Izek logro vencer s todos monstruos y contrincantes, con un nudo en la garganta y un enojo atorado tanto Rudbeckia como el cardenal festejaron el triunfo. El peli plateado le ofreció como tributo la cabeza del dragón más grande del concurso, millones de miradas se clavaron sobre la joven pareja, los murmullos y susurros de la aristocracia le provocaban estrés.
—Me alegra que seas tan valiente, amor mio— dijo la rubia con un tono meloso le clavo un beso en la frente.En una distancia considerable Chesire contemplaba dicha escenas con resentimiento y mucho odio, detestaba ese tipo de acontecimientos entre su hermana y su matrimonio.
No tuvo más remedio que aguantar la rabia y fingir, aunque le salía bien el papel de hermano protector en ocasiones le era difícil esconder los celos.—¡Viva esa pareja tan hermosa!— hablo el rey, aplaudiendo con las palmas y el público siguió su ejemplo. Ovasiones recibía Rudbeckia e Izek, siendo el ejemplo de un romance correcto.
Por la noche ofrecieron una celebración, todos vestían con elegancia, alcurnia, las mujeres llevaban el vestido más ostentoso de su guarda ropa y los varones su mejor traje, con gran opulencia se paseaban por los pasillos, cortejando, bailando y criticando. Los ojos clavados de Chesire contemplaban a la joven pareja, mientras consume un vino que le quemaba la garganta. Debía de separarlos, debía estar con su hermana. De un solo trago se devoró lo poco que quedaba de la bebida y camino con pasos rígidos y la mandíbula tensa, hacia el centro de baile.Los pasos del cardenal eran tan ligeros que ni siquiera lo notaron llegar. Tan inmersos estaban ambos contemplando sus rostros uno contra el otro.
—¿Me permites una pieza de baile?— pregunto el cardenal inclinando el cuerpo haciendo una reverencia.
Izek no muy conforme con la petición accedió. El cardenal tomo la mano delicada de la doncella para bailar. Concentrados en si mismos, muecas y murmullos se decían cosas que solo ellos entendían. Sus miradas concentradas, sintiendo su tacto, se movían al son de la música dando vueltas por el centro de la pista. Izek deseoso por interrumpir aquel escenario intento interceptar al cardenal para liberar a su esposa de sus garras, sin embargo fue llamado por el rey.
—¡Su majestad quiere hablar con usted!— dijo el hombre de armadura de metal.
Izek sabía perfectamente que una orden del rey era prioridad mayor que su mujer. Debía dejarla por unos minutos de más con el cardenal. Los observo de reojo en varias ocasiones mientras caminaba unos pasos atrás del desconocido.
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Los pecados de Chesire (Relatos Eróticos)
Teen FictionLas fantasías sexuales son bellas... Pero se convierten en pecado si las provoca un sacerdote.