Canguros

1.6K 64 8
                                    


Febrero 2036

— Vivi, no estoy segura de esto. Son muy chicos, y si pasa algo? Y si Víctor nos necesita? — A la menor la idea de dejar a sus dos hijos con sus amigas no le parecía buena idea.
— Amor, todo irá bien porfa. Necesito estos dos días contigo. Me voy dentro de nada y necesito recordarte muchas cosas — Dijo con una sonrisa pillina que no termino de convencer a la pequeña.

Violeta se iba a Latinoamérica a hacer una gira que duraría dos meses, fue una decisión nada fácil de tomar pero los ánimos de la morena sumados a el apoyo de su familia y la oportunidad tan grande que era terminaron de convencerla para dar el paso.
Se iba dentro de dos semanas, y llevaba desde que se enteró de la noticia desviviéndose por sus dos hijos, dejándoles claro lo mucho que los quería y encargándose de los dos pequeños intentando compensar lo que tendría que hacer la menorquina el tiempo que ella no estuviera.

Sin embargo, esos dos meses no solo iba a estar separada de sus hijos, también lo iba a estar separada de su mujer y eso sí que le daba miedo. Sabía que los pequeños estarían bien cuidados por su otra madre, los padres de la granadina iban a mudarse temporalmente a Madrid para poder ayudar a la pelinegra y Emma vendría los fines de semana. Pero su mujer era otro asunto, era su mayor pilar, la que le calmaba cuando todo se complicaba y su lugar seguro y estar lejos de eso tanto tiempo sumado al cambio horario no sabía cómo lo iba a llevar, por ello, le había pedido a sus mejores amigas que se encargaran de los niños ese fin de semana para poder ellas pasar un tiempo juntas.

— DONDE ESTÁN MIS BICHITOOSS!!?? - gritó Ruslana nada más entrar por la puerta.

Cloe salió corriendo tirandose a los brazos de su tía y el pequeño Víctor aunque con un poco más de torpeza se dirigió a los brazos de Salma quien había llegado con la pelirroja.

— Ay si es que te como, mira cómo anda ya. — Salma aupó al peque encaminándose a donde estaba la mayor de los hermanos. — A mi que? Ni un beso bichito? — chinchó a la que era como su sobrina.
Ambas chicas se intercambiaron a los niños para poder llenarnos de besos. Habían estado visitando a sus familiares en Malaga y Tenerife y les habían echado mucho de menos. Una vez realizada la ronda de saludos, los niños corrieron a su cuarto a jugar y las 4 amigas se sentaron a charlar antes de que las madres se tuvieran que ir.

— Os he apuntado todo lo importante en la nevera. — empezó diciendo Kiki — y Víctor tiene un poco de tos, ya está bueno casi pero si se pone peor tenéis la medicina en el armario de la cocina. Y Cloe últimamente tiene pesadillas pero si le dejáis la luz del pasillo encendida duerme bien.
— Cualquiera diría que la Chiara de 19 años que conocimos en la academia sería así de organizada para sus hijos. No eras capaz de tener organizado tu armario y ahora te encargas de dos renacuajos. - pico Ruslana a su amiga, pero al verla sería continuo. - De verdad que no te preocupes está todo controlado. Mañana vendrán Bea y Álvaro a echar una mano y el domingo comeremos todos los que estamos en Madrid juntos para hacer el día más ameno.

— está todo controlado de verdad. Podéis iros tranquilas y si pasa cualquier cosa os llamaremos prometido. — tranquilizó Salma a la pareja.
— si yo confío eh, la que no confía es aquí la Kiki - rio la pelirroja al ver a su mujer con cara seria. - venga anda vamos ya que al final vamos a llegar a las tantas de la madrugada y yo quiero follar antes de dormir. — las dos amigas estallaron en carcajadas al ver la cara que se le había quedado a la inglesa.
— VIVI POR DIOS!!!
— Como si tú no quisieras vamos — respondieron Ruslana y Salma a la vez. — Id a despedirse de los niños y os vais ya anda.

Ambas mujeres se encaminaron a despedirse de sus hijos y tras una buena sesión de besos y abrazos, cogieron las maletas para salir por la puerta.

— Mamá, Mommy, esperad. - pidió Cloe saliendo del cuarto. - prometo que voy a cuidar del hermanito vale? Pero me podéis dar a mi un último abrazo? Os voy a echar de menos. - Cloe siempre había sido una niña muy sensible y desde bien pequeña el separarse de sus madres era algo que no le gustaba. Sin duda era la que peor llevaba el viaje de la pelirroja.
- Of course little girl. Come here. - la morena con la voz un poco tomada por la emoción abrazo a su hija junto a su mujer y tras un último beso, salieron por la puerta.

Como pasaba el tiempo-KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora