Joey

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Noviembre 2035

- Cloe a merendar Porfavor.- insistió la pelirroja.- te he llamado 3 veces.
- Mamá es que no puedo dejar solo a ito.- le explicó mientras entraba en la cocina con su hermano por detrás gateando.
- perdóname cariño, venga que os siento a los dos.

Ambas madres habían comido con sus hijos en casa pero después de una pequeña siesta la morena había acudido a casa de Ruslana que se encontraba en una especia de crisis. Violeta colocó a sus hijos en sus respectivas sillas y cuando estaba dejándole los platos de plástico por delante, el timbre sonó generando una mueca en la cara de la pelirroja que no esperaba a nadie esa tarde.

- Enseguida vuelvo, yo le doy de merendar a Víctor tu come cariño.- la tranquilizó cuando vio que iba a preguntar por su hermano. La granadina se dirigió a la puerta mientras revisaba el móvil para ver si tenía algún mensaje de su mujer.- JOEY!?- se sorprendió nada más abrió la puerta.- que haces aquí?
- puedo pasar?.- preguntó el joven de ya 18 años.
- Claro claro, verás lo contentos que se ponen los peques.- le sonrió pero al ver la mueca de su cuñado supo que algo no iba bien.
- Esta Chiara?- preguntó mientras dejaba una mochila en la entrada.
- No, ha ido a ver a Rus. Quieres que la llame?.- Violeta sabía que algo no iba bien pero tampoco las intenciones que tenía el joven.
- Nono, así mejor. Voy a saludar a los niños.- le hablo sin mirarla a la cara.

Violeta escucho los gritos de sus hijos y una sonrisa triste se dibujó en su rostro. Estar lejos de sus familias era lo que más duro se les hacía de estar en Madrid. La llegada de Tana y Jas había suavizado un poco esa sensación pero aún así les daba pena que sus hijos crecieran sin sus abuelos cerca. Pese a que sabía que la visita de Joey no era por disfrute, se alegraba de verlo por aquí.

Se agachó para coger la mochila del menorquín y llevarla al cuarto de invitados pero al ver lo que pesaba una sensación extraña se le instaló en su cuerpo. Tras depositar la bolsa en su sitio fue al salón donde el moreno daba de comer a su sobrino mientras hacía reír a Cloe. Siempre había sido un súper Tito y cada vez que veía a los hijos de las artistas lo dejaba claro.

- Has avisado a Emma de que has llegado?.- preguntó Violeta que desde que se convirtió en madre sabía la angustia que suponía. Pero al ver la cara de sorpresa del chico supo que había dado en el clavo.
- No saben que estoy aquí.- respondió casi en un susurro y sin mirarla a la cara.
- Perdón!? Joey a la cocina YA.- ordenó la pelirroja.
- estoy dando de comer a Víctor.- respondió aún sin querer cruzar sus ojos con los marrones de la granadina.
- He dicho que ya Joey Oliver.- hablo claro señalando hacia la cocina.- ya comerá mi hijo más tarde. Cloe tengo que hablar con el Tito pon unos dibus que os gusten a los dos vale?.- le pidió asegurándose de que ambos estaban bien y alejando el plato de Víctor para que no llenara el salón de comida.
- Que quieres?- habló Joey.
- Como que qué quiero? Joey perdón por haberte gritado. Solo estoy preocupada vale?.- le explicó ahora en un tono de voz mucho más tranquilo.- solo dime que no te has ido de casa sin decir nada porfavor.- le pidió la pelirroja cerrando los ojos y aunque no creyese en nada rezándole a quien sea porque la respuesta del chico no fuera afirmativa.
- Lo siento.- respondió con una voz raspada y soltando todas las lágrimas que llevaba guardando desde esta mañana temprano.
- Yo sí que lo siento Joey pero tengo que llamar a Chiara y a Emma ahora mismo.- Violeta era su cuñada pero sobretodas las cosas era madre y solo de imaginar la angustia que tendría que estar pasando Emma sus ojos se empañaron de lágrimas.
- Si estás pesando en mis padres se creen que estoy en casa de un amigo, no están preocupados.- le explicó y la pelirroja respiro un poco más aliviada pero aún así sabía que esa llamada la tenía que hacer.- podemos llamar primero a Kiki y después que ella llame a mi madre?.- le pidió el pequeño queriendo dosificar las broncas que le iban a caer.
- Pero que ha pasado cielo? Porque te has ido así?- preguntó preocupada pero al obtener absoluto silencio decidió darle un poco de espacio. - Voy a llamar a Kiki. Ve a darle de comer a Víctor si quieres, sino luego le doy yo. No tienes que hacerlo tú.
- me distraerá, gracias Violeta.- le dio un beso en la mejilla y se fue al salón con sus sobrinos.

Como pasaba el tiempo-KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora